Wednesday, October 31, 2007

UN DIA DIFICIL EN EL FRENTE

Me oyen? ...Transmito escondida, busco la forma de no ser vista ni oída porque todo esta rodeado de enemigos, ellos se han tomado el puesto y acaban con lo que se mueva. Ya no queda sino humo, sangre seca y cuerpos abatidos, pero yo no me rindo, hace mucho me oculto bajo los desechos, me limito a estirar las piernas lentamente y a asomar la cabeza de vez en cuando para ver como va la vida afuera de esta trinchera donde los días y las noches no se diferencian, porque el reloj de la guerra no respeta ni a Dios.

Claro, al principio quería salir a vengarme por los caídos, tenía ganas de abrir fuego y terminar con todo, y a veces quería acabar conmigo porque son más, muchos más que yo que estoy sola en esta pelea. O quién sabe si entre los cuerpos vencidos haya otros que también se guardan de dejarse ver, otros vivos que parezcan muertos para despistar al enemigo. No importa ellos como yo están solos, no nos sabemos, no nos tenemos de apoyo, no podemos hacernos señales mudas para ponernos de acuerdo en el ataque. No podemos abrazarnos sin conocernos, ni alegrarnos de estar vivos, porque ni siquiera tengo la certeza de quién es aliado y quién no. Esta es una guerra de todos contra todos, sin reglas, sin códigos y sin misericordias.

He recuperado el pasado para sobrevivir los días, he ido al fondo de mi memoria y me he detenido cuando era niña y no había forma de bajarme de los árboles y mis enemigos eran las hormigas, una que otra serpiente camuflada de verde entre las ramas y la dolorosa sabiduría que queda en las tripas después de comer demasiadas frutas. Recuerdo que ya en esa época sabía de la guerra, porque crecí escondida en las trincheras infantiles hechas de música, con otros sobrevivientes que me hablaban con voces de papel desde los libros, y el mundo era pequeñamente difícil.

Así que ya soy veterana en estas artes de escapar y sobrevivir, he aprendido a no creer en la inocencia de las señales que dicen que no hay problema, que puedo confiar, que el mundo ha cambiado y es mejor. A veces quisiera, pero no me lo permito porque la desconfianza me ha salvado más de una vez de los puñales por la espalda. Prefiero seguir así, y vivir para ver el otro lado de la noche, mientras me empeño en defender la única bandera que nadie se ha atrevido a quemar: La de la verdad conmigo misma, el único himno que no he olvidado, el de mi nombre, y lo entono mentalmente a pleno grito. Quizá en alguna parte existan aliados y vengan a rescatarme de estos días en que amanece oscuro, y me lleven en hombros a su base, y me pongan una medalla orgullosa por haber sobrevivido tantos años defendiendo el territorio libre y nunca conquistado de Marta, la playa salvaje y jamás ocupada de sus verdades, la geografía inalienable de sí misma.

Desde el fondo de este miedo que me consume, envío señales de humo a los que son capaces de leer el cielo. Les digo no se rindan porque yo no lo haré, no se den por desaparecidos, no se declaren perdedores en la batalla incomprensible por la vida, porque la muerte es una puerta fácil y solo la usan los cobardes.

Sunday, October 21, 2007

SI ES ASUNTO TUYO

Doce millones de habitantes de una ciudad china llamada Shenzhen cerca de Hong Kong, serán los “afortunados” portadores de una tarjeta de identificación “inteligente”, que suministrará datos exactos de su propietario: Desde dirección, teléfono, cargo que desempeña en el trabajo, antecedentes penales, historia clínica, religión, aficiones, y si se descuidan, hasta podrán contar las veces que el sujeto no llegó a tiempo a la casa porque se demoró el tren o porque andaba poniéndole los cuernos a la esposa, con quién, dónde y durante cuantos minutos.

Y adivinen de quién fue la idea?

La cosa es así: Un día de nubes grises en el cielo, los gobernantes de un enorme país llamado China, se sintieron cansados de enviar dinero y destinar tantos recursos para prevenir actos delictivos cada vez más frecuentes en las ciudades de su reino. Todo por culpa según ellos de los campesinos, que ya no quisieron quedarse a esperar los beneficios del comunismo en sus potreros, sino que se fueron a buscarlos a las ciudades, y descubrieron que la clave del juego era la palabra COMPARTIR: Compartir la pobreza, el hambre, las enfermedades, y todo lo demás que se pueda dividir y subdividir por si mismo en la carencia por supuesto, porque la abundancia no es socialista, ni capitalista, ni religiosa, ni nada.

Entonces, aparece el capitán América, y decide ponerle orden a tanto chino desparramado por todas partes y le ofrece a los honolables jefes del gobielno, un sistema basado en un software americano que, con el apoyo de 20.000 cámaras de video y un potente chip en la tarjeta de identificación -también gringos-, puede detectar hasta los pecados cometidos y por cometer de los desdichados en cuestión.

Tal como informa el New York Times, este 'software' puede identificar las caras de los viandantes, reconocer a los sospechosos fichados por la Policía y detectar comportamientos inusuales. No obstante, el control de los residentes irá más allá, de hecho, será obligatorio portar la dichosa tarjeta de identidad y su potente 'chip', según cuenta el diario.

Y como dice Gustavo Courault, fuente de esta nota, no se sabe al fin de cuentas de qué se trata este asunto, si de una forma nueva de prevenir los delitos, o de un atropello descarado contra los derechos civiles de los ciudadanos. Mejor dicho, en esta película el audio no va con el video. Es cierto que por allá sucede lo que la inmortal Celia Cruz cantaba a grito pelao “No hay cama pa´tanta gente”, pues cada año, según datos oficiales, 10 millones de chinos emigran de los campos a las ciudades y esto ha repercutido hasta convertirse en un asunto de seguridad. Pero no es posible que con esa disculpa, se viole el único derecho al que un pobre en este valle de lágrimas no puede renunciar, y cualquier gobierno del mundo está en la obligación de garantizar: El derecho a la individualidad y de paso a la intimidad.

En todo caso, la cosa no termina ahí, según el citado Times, la idea es que si la teoría de semejante solución funciona en la práctica tal como se espera, el sistema podría ser aprobado para implementarse en el resto de la nación.

Yo nada más me pregunto, ¿Quién sale ganando en este negocito ah? Y cómo es posible que suceda algo así y no digamos ni “pío”. Me acuerdo de una historia macabra que contaban en la época nazi: Un día invadieron el país vecino, pero como no era el nuestro, nadie dijo nada. Otro día se llevaron al alcalde del pueblo del sur, pero como éramos del norte no dijimos nada, después desapareció el padre de mi jefe, pero como no era mi padre, no dije nada… hoy que vinieron por mí, nadie dijo nada.

Tuesday, October 16, 2007

POR AMOR AL ARTE

Imagínense ustedes un colombiano, caleño, buena gente, decidido a irse del país porque esta vaina le quedó chica, y porque no se resignó a que fueran las circunstancias las que determinaran su ruta, sino porque quería trazar su propia carta de navegación, descubrir sus propios territorios y conquistar sus propias montañas.

El cuento es que este hombre, se llama John Jairo Palomino, director de la fundación Memoria Cultural en Miami, terco como el solito, echao pa´lante, gestor de hacha y machete, y marinero que contra viento y marea ha sostenido por puro amor al arte, una revista que ha causado las más diversas opiniones en el medio, y que publica periódicamente, con diferentes tópicos de la literatura, actividades de la fundación y entrevistas insólitas a los más reconocidos escritores del continente.

Medio brujo, porque cuando le pone el ojo a algún autor, el tipo 15 días después se gana un premio, seis meses después lo mandan con una beca a alguna parte y se convierte en el hit literario del momento. Aunque además de todo esto, es un tímido poeta, que escribe para sí mismo, y que hace poco me dejó con la boca abierta cuando leí sus poemas inconformes, que nos tiran de las orejas y nos obligan aunque no queramos a mirar de frente éste país nuestro, esta realidad latinoamericana que a veces da vergüenza.

Pues bien, con el patrocinio de la fundación Memoria Cultural comandada por John Jairo, tendremos el privilegio de recibir en Miami, uno de los autores sobresalientes de estas tierras del Señor, como es el peruano Eduardo González Viaña, autor de EL CORRIDO DE DANTE, novela premiada como la mejor del 2007 en Estados Unidos.
Este invitado se presentará en Miami, en el teatro Tower el Jueves 18 de Octubre con el auspicio del Miami Dade Comunity College y su Club de Lectura, liderado por otro querido quijote cultural José O Álvarez, y el viernes 19, auspiciado por Barnes & Noble de Coral Gables, en nuestro taller de lectura del mes de Octubre, como autor invitado.

González Viaña (Si quieren saber algo más de él, pueden leer mi blog de Julio 17: Los chamanes tambien escriben) es un hombre preocupado por la suerte de los inmigrantes, contestatario a veces, visionario otras, nos envía en sus Correos de Salem por Internet sus cartas, sus notas y sus denuncias para que los que no nos hayamos despertado, abramos los ojos y nos demos cuenta de la realidad tan difícil que es ser inmigrante y sus consecuencias buenas y malas, dolorosas y felices, complicadas y contradictorias.

Esta pequeña nota después de tantos días de silencio obligatorio, es simplemente para darle la bienvenida a nuestro invitado, para decirle que las puertas de Miami están abiertas para él, y que gracias a Memoria Cultural, podremos recibirlo y expresarle muestro respeto y admiración por su trabajo. Y para ofrecerle a Palomino un agradecimiento comunitario, por esta oportunidad y las que sé que se fabricará con esa baraja de ases que tiene bajo la manga, por abrir ese espacio tan necesario en Miami a nuevas propuestas de Latinos que nos hacen sentir orgullosos de lo que somos y de lo que intentamos fuera de la patria.

A los que me leen, les pido que los acompañen, que no los dejen solos en sus esfuerzos por conquistar espacios para construir una ruta mas ancha en el único camino que redime al hombre frente al animal: El arte.

Saturday, September 29, 2007

ESPEJITO ESPEJITO...

A quién no le pasa?

Llegar del trabajo, soltar los zapatos 5 libras más pesados que en la mañana. Ir directo al refri a presenciar la mutación de la lechuga antes verde y ahora igual a un balón de playa desinflado, el queso con un adorno amarillo que ayer no tenía y el jugo con un sedimento extraño y radioactivo.

Mirar con desconsuelo el paisaje desértico sobre la cama. Prender la TV para hacerle ruido al silencio. Recoger un par de calcetines que aguantan otra postura y tomar la imposible decisión de si me siento a leer algo aburrido o me aburro un poco más si no lo hago.

Pensar depronto: ¿A quién llamo? Y de inmediato descartar la insoportable retahíla de cómo estoy, qué no he hecho, qué no me ha pasado, qué debería sucederme y de regreso por la línea oír al interlocutor, en el recuento de sus triviales catástrofes, iguales a las mías, idénticas a las de ayer, a las del año pasado. Tirarse en el sofá con el mismo cansancio. Meterse al baño a darle un remojón al tedio, salir y mirar todos los rincones de donde solo sale polvo, pensar en reparar el electrodoméstico que lleva 6 meses inservible, prender el PC para revisar el correo lleno de forwards estúpidos, y apagar la luz para que el vacío no se note tanto.

Acostarse a mirar el techo, a pensar en cómo diablos cambio de trabajo, de rutina, de vida, y cuál será la estrategia que finalmente resulte ganadora para sobrellevar los días repetidos, planos, en fin, tan parecidos a lo que no hubiéramos querido para nosotros.

El hombre no es un animal de costumbres como dicen por ahí, más bien la costumbre es un animal ordinario convertido en hombre, inevitable y predecible. Por qué no habrá temporadas migratorias, en las que emprendiéramos un viaje a tierras mas amables. En la evolución perdimos lo mejor de los pájaros y de los peces, y solo nos quedó la temible costumbre de revolotear como insectos alrededor de la falsa luminosidad de una bombilla, encerrados en una jaula con paredes, con la nariz pegada al árbol creyendo ver el bosque, viviendo una mentira virtual en la pantalla de un ordenador.

Señores…les presento al Homo Sapiens moderno, el orgullo de Dios, el salvador del planeta. Les presento a Marta, a la mujer valiente que lo ha logrado todo, en fin, a cualquiera que se mire hoy en este mentiroso espejo.

Sunday, September 23, 2007

MUERE MARCEL MARCEAU, EL GENIO DEL SILENCIO

Por: Pilar Marrero
El mundo amaneció ayer extrañando el silencio. El silencio particular del gran mimo francés Marcel Marceau, que falleció el sábado a los 84 años de edad.

Sin duda, más de un joven preguntará: ¿quien era? Para las nuevas generaciones, acostumbradas a los efectos especiales computarizados y al ruido constante de los IPods, los video juegos y los teléfonos parlantes, el que un hombre se ganara la vida y recibiera honores por desempeñar el viejo arte de la mímica, debe sonar algo extraño.

Marceau hacía gala del silencio, y con él se hacía entender perfectamente. Decía que nada podía crearse sin la ausencia de ruido.

El mimo francés, que se inspiró de niño en Charles Chaplin y Buster Keaton, los grandes del cine mudo creaba, a diferencia de estos, todo un mundo de la nada. Siempre actuó sobre un escenario negro y vacío. No decía una palabra: sólo con su cuerpo que hasta en la vejez conservaba su agilidad y fuerza, presentaba personajes y situaciones. Arrancaba lágrimas o risas. Hacía pensar.

En persona era hablador, gentil y simpático. Escribo de él porque hace 5 años, en un camerino del teatro Geffen de Westwood, lo entrevisté para La Opinión, y el recuerdo que tengo es tan bonito, que la única foto que despliego en la sala de mi casa con alguien a quien haya entrevistado durante mis 20 años de periodista, es mi foto al lado de Marcel Marceau.

Fuera del escenario le encantaba hablar. Lo hacía en un inglés perfecto con un leve acento francés. Mientras lo hacía, estaba siempre en movimiento: se sacaba el reloj de pulsera y jugueteaba nerviosamente, con las mismas manos ágiles que después usaba sobre el escenario para representar aves y leones, amor, compasión y tristeza.

Recorrió 85 países, y a sus 79 años, cuando vino de gira por última vez a los Estados Unidos (hace 5), aún hacía cientos de shows al año. En el Geffen tuvo que extender una semana a sus quince días de contrato y en Nueva York o San Francisco, sus presentaciones se extendían a cinco o seis semanas seguidas.

Una de sus pantomimas más famosas, y que nunca faltaba en su show, era una titulada Juventud, madurez, vejez y muerte en la que, en menos de cinco minutos, Marceau representaba con gestos y movimiento, todas las etapas de la vida del ser humano, desde su nacimiento hasta su vejez.

Decía el gran mimo, que además era pintor y tenía una compañía de teatro, una escuela de pantomima en Paris y una fundación en Nueva York para promover ese arte, que su objetivo en la vida era dejar un legado: “Que mi arte viva más allá de Marcel Marceau”.

El objetivo, sin duda, está cumplido. Pero hoy, el mundo entero extraña el silencio, y la magia que de él producía, el gran mimo Marcel Marceau.

Thursday, September 20, 2007

ADOPTE UN HERMANO MAYOR

Hay momentos en que ya no aguantamos el peso que nosotros mismos -tristemente es decirlo- nos hemos echado sobre el lomo. Vamos por la vida como recicladores, recogemos cuanto desperdicio, asunto, persona, motivo, dolor y disculpa, robado, prestado, adoptado, secuestrado, regalado o heredado, no importa. Coleccionamos cualquier cosa que nos permita juzgarnos con dureza o hacernos cargo de asuntos que muchas veces no nos pertenecen. Por qué?

Alguien dijo alguna vez, que el hombre es el único animal que se juzga y se condena muchas veces por la misma falta. Y es cierto. Si un perro en la calle, tiene problemas con otro, simplemente se traban en una pelea que no termina hasta que uno de los dos se rinde, o es intimidado de tal forma que decide huir. En el peor de los casos, si los dos son camorreros y ninguno está dispuesto a ceder, pues la cosa se va a mayores y solo hay un final cuando uno de ellos cae al suelo, inconciente o muerto. PERO HASTA AHÍ. Si ambos sobreviven, y se encuentran nuevamente, recuerdan de inmediato el veredicto del pasado y cada uno asume su rol, el que ganó ganó, y el que perdió se retira y ya. Sin alborotos, sin lágrimas ni aullidos de reclamo, sin alegatos de conclusión, memoriales de agravios, pliegos de peticiones, en fin, sin nada de los que los humanos hacemos para seguir en la misma película.

Hace unos años, conocí al escritor uruguayo Carlos Arboleda, melómano empedernido, amigo de sus amigos, y enemigo de sí mismo por aquella época. Venía buscándose en una travesía iniciada en Montevideo y que ya iba por Ecuador, cuando me abordó con uno de esos piropos latinos que quizá consideraba el más efectivo de su portafolio. En todo caso, el cuento va a que nos hicimos amigos, ambos participábamos de un encuentro literario en la ciudad de Manta bajo el abrigo del patriarca cultural Horacio Hidrovo y de la Universidad “Eloy Alfaro”. Fueron días que ninguno de los que estuvimos allí olvidaremos, porque además de un espacio para exponer nuestros trabajos, nos regalaron amor a chorros de la mañana a la noche. Los escritores de la ciudad, los funcionarios de la universidad, los personajes del gobierno, los niños de los colegios, la gente del campo, los ciudadanos notables, en fin, fueron ocho días de tanto amor, que yo llegué a Colombia preguntándome a qué carajos regresaba a mi casa si allí ni me pelaban. A la misma rutina, a la misma lucha de los días repetidos en el calendario. Deprimida.

En ese viaje, una mañana salí a caminar con mi amigo de ésta historia. Nuestra conversación giraba sobre el asunto éste del cansancio, de sentir que no se puede más con la vida. Entonces él me dijo: Y por qué no te declaras “La hermana menor?” Yo lo miré sin entender lo que trataba de decir y él me explicó: Siempre llega un día en que nos toca declararnos “hermanos menores”, dejar que otros se hagan cargo y nos alivien un poco. Nos hagan sentir que les importamos y que mientras nos tomamos un respiro, ellos estarán al frente del cañón vigilantes. Una persona que reemplace esa sensación protectora y paternal de nuestra infancia.

El asunto quedó en el aire por unos días, hasta que regresamos a Guayaquil en grupo para tomar nuestros respectivos vuelos de regreso a casa. Allí una noche, en que casi perdemos la vida por andar de patí locos a las tres de la mañana en pleno centro de la ciudad, solos y con cara de turistas. Después de correr como almas que lleva el diablo para huir de un par de atracadores que nos querían convertir en su platillo del día, y de ver como agarraron a patadas a un pobre transeúnte más despistado que nosotros, Carlos decidió declararse mi “hermano menor”, y yo también decidí hacerlo, comenzando el ejercicio de mi nueva condición inmediatamente llegara a Bogotá.

Han pasado casi 4 años de ésta anécdota. Y mi hermanito menor uruguayo ha emprendido el viaje como los salmones que nadan río arriba, nuevamente a Manta a donde estábamos invitados todos otra vez, yo no pude ir, porque mi papeleo de la visa anda demorado, y él, me escribió una lacrimógena protesta desde Chile, contándome que estaba atrapado en alguna parte de la frontera, pues la cerraron por 15 días y ya no llegaría al encuentro consigo mismo, con la poesía y con ese amor abundante del maestro Hidrovo.

Yo a veces soy una hermana mayor desentendida, que lo deja trepado en la copa del árbol suplicando ayuda. A veces soy amorosa y confiable, preocupada y solícita. A veces desaparezco de sus desastres y no estoy para sus fiebres, otras no lo dejo ni a sol ni a sombra, en fin, así somos los hermanos. Así somos las familias. Así son los verdaderos amores, prometidos y comprometidos aunque lleguen tarde a donde los necesiten y el enfermo ya sea muerto a esas alturas.

“Mortus est ... ya no resollas”. (Uychhh, así decía mi tía Nena cuando yo tenía como tres años, para determinar las cosas irremediables)

Mi querido hermanito, sé que te he tenido abandonado, que he estado lejos de tus noches oscuras, de tus monstruos debajo de la cama. Quisiera estar en el lanzamiento de tu nuevo libro, del que estoy tan orgullosa como tú. Perdóname, ando también persiguiendo lo mío por el mundo, para que una tarde lejana, podamos sentarnos en el patio frutal de tu casa en Montevideo, a tomarnos todo el vino, a darle jaque mate al asado que preparas como el más experto y que aún saboreo en la memoria.

Mis hermanos mayores están lejos y me han dejado solita en medio de esta selva, pero estoy y soy y te quiero todavía, sigue nadando río arriba, que yo voy de regreso y en el camino nos encontramos.

Monday, September 17, 2007

TAMPOCO VA

Mi querida Pili:

En este asunto tienes toda la razón y te sobra un pedazo. Me recordaste a mi hermana, que siempre dice que al caído hay es que caerle, para que se levante mas rápido.

Y bueno, al margen de semejante filosofía, solo puedo decirte que si los americanos están influenciados por Horatio Alger, los latinos estamos influenciados por el cuento de la cenicienta que le tocó comer de la que sabemos, sin mamá, con dos hermanastras horribles, y brillando el piso de la casa de su madrastra hasta que llegó una hada madrina, y con su varita magica, zaz, lo resolvió todo. Nos fundieron el cerebro con la historia de Blanca Nieves que le tocó cambiarse del barrio rico de su país, donde era de la realeza -como todos nosotros los imnigrantes de USA-, al barrio pobre del bosque, a lavarle los calzones, prepararles la comida, y hacer mejor dicho de mucama de los enanos por 7 años, hasta que apareció un príncipe encantado que vino a DESPERTARLA.

Se nos fritó el seso con las historias con que cada noche nuestros inocentes padres nos llevaron a la cama a tener "dulces sueños", cuando nos enseñaron sin malicia que había que besar mucho sapo para tener derecho al príncipe y al palacio, nos rezaron la católica resignación de poner la otra mejilla. Y nos cantaron el despecho de los abuelos cuando en sus reuniones entonaban aquel...."no vuelvas a decir jamas, que has triunfado en la vida... O el nadie es eterno en el mundooooo". En fin, con semejante entrenamiento aprendimos a ser las mejores víctimas, ya sabemos que hay que mostrar la llaga supurante. Hay que causar horror y lástima, para lograr que se nos haga el milagrito de que los demás nos den nuestro lugar, nos adjudiquen nuestro poder y nos permitan ser y estar donde merecemos.

No ves que es mas fácil eso que trabajar en equipo? Que construir, y responsabilizarse por las embarradas que cometemos? Pero bueno, tal como tú dices, así como a los norteamericanos toca hablarles en su idioma y con sus argumentos para que entiendan la magnitud del problema, a nosotros toca que nos hablen como nos gusta. Duro, con el rejo en la mano. Tristemente es la única forma de entender que tenemos que cambiar o nos va a llevar el que nos trajo, de regreso a nuestros países, a seguir lamentándonos por esa triste suerte.

No va por ahí tampoco no?

Thursday, September 13, 2007

NO VA POR AHI

Quiero presentarles una mujer que escribe con los pies bien puestos en la tierra. Poseedora de una claridad y una sensibilidad especial para tratar temas que nos tocan directamente a todos los que en algún momento de nuestras vidas, pensamos que vivir en USA era una opción posible a la solución de nuestros melodramas personales, y sin pensarlo dos veces nos lanzamos de cabeza al abismo, como quien se tira de un avion a 15 mil pies de altura con un paracaídas confeccionado con la ilusa fé del carbonero, de que uno no se muere la víspera sino el día que le toca.

Por ahí dicen que cuando ella nació en Caracas (Venezuela), temblaron los caracoles en Matanzas (Cuba), pues esta hija de Ochún una vez que aprendió a escribir, a leer y a amar, no ha dejado descanzar los santos a los que les pide favores, les exige milagros y les propone cambalaches, con tal de tender puentes sobre las marejadas imposibles que arrastran año a año inmigrantes a este país del sueño americano. Ganadora del Premio Nacional New America Media Awards en el 2006 por la serie: Latinos y Afroamericanos: historias paralelas. En 1992 obtuvo el 4th Annual Hispanic Print Media Award de la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas de Estados Unidos, por su "sobresaliente labor informativa en temas latinoamericanos".En 1997 obtuvo el premio José Antonio Miró Quesada, de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), por su participación periodística en una campaña sobre el voto hispano en la Unión Americana, y en 1998 obtuvo también de la SIP el premio Pedro Joaquín Chamorro de Relaciones Internacionales, por su trabajo sobre las leyes migratorias de Estados Unidos y su impacto en la sociedad norteamericana.

Desde el diario LA OPINION de Los Angeles, envia su claridad de faro inagotable, sus cuchillos certeros para rompernos la confusión, su conocimiento rotundo para transitar por los oscuros vericuetos del sistema, porque ella también pasó de mojada el charco de la vida cuando se vino dizque a estudiar inglés y se quedó. Porque como muchos remó con los brazos el tormentoso mar de la condición de extranjero, en una balsa hecha de ilusiones hasta llegar donde está. Y porque todo eso le da la autoridad moral necesaria para tirarnos las orejas cuando nos hacemos sordos y queremos intentar las inútlies soluciones de otras partes y otros tiempos.

Hoy llega a este blog, para ponernos a pensar en cosas aparentemente simples, pero que por su peso se caen y no hay quien las levante. Oigámosla, quizá como el canto mágico de las cigarras, logre despertar las piedras. Bienvenida Pilar, finalmente estamos juntas, aunque sea en la virtualidad de la nostálgia.


NO VA POR AHI
Por: Pilar Marrero

Unos hablan mandarín, y otros hablan cantonés. Un lector me corregía cuando en alguna columna yo dije que alguien hablaba chino y decía, acertadamente, que en China se hablan varios idiomas.

Agradezco la corrección, porque además me da pie para saltar a otro tema más del momento: la discusión en torno a los inmigrantes y la actitud de los estadounidenses. Creo que lo que está pasando aquí es que estamos hablando diferentes idiomas. Y no me refiero solamente al inglés y al español.

Viendo la otra noche el programa de Don Francisco, encontré muy loable el esfuerzo del comunicador chileno al querer presentar los dramáticos casos de familias que van a ser separadas por la deportación. Incluso, explicó que el programa podría ser visto en inglés en el audio alternativo, e invitó a los televidentes a grabarlo y compartirlo con amigos de habla inglesa. La cosa va por ahí, más o menos.

Pero aunque a mí me parecieron conmovedoras las historias de las familias a punto de separarse, el jovencito llorando porque le iban a sacar del país a su mamá o la suegra arrodillada en el piso con los brazos en cruz pidiéndole a Don Francisco que hiciera algo para que no le separaran a su familia, me di cuenta de que la cosa sí que no va por ahí.

Las historias dramáticas del sufrimiento de los inmigrantes, de las injusticias que se cometen, de los llantos y las muertes en la frontera, no van a lograr su cometido. Para empezar, esas historias las contamos, principalmente, los medios en español, por lo que las personas de habla inglesa no se enteran.

Segundo, aunque entendieran, dudo mucho de que la mayoría de los estadounidenses lloraría con nosotros. No porque no tengan corazón, que sí lo tienen. En mi experiencia, la mayoría de los estadounidenses son buena gente, y más tolerantes de lo que pensamos. Pero han sido criados bajo la filosofía de Horatio Alger, un escritor del siglo XIX que tuvo una enorme influencia en la sociedad, con sus historias de niños que nacen pobres, luchan contra todos los obstáculos, trabajando duro y viviendo virtuosos, hasta que consiguen fama y fortuna.

En términos generales, los estadounidenses no ven con mucha simpatía a las "víctimas", y por eso creo que es un error presentar como tales a los inmigrantes, aunque haya muchas evidencias de que lo sean.

Los inmigrantes, en realidad, somos gente en la mejor tradición de Horatio Alger, buscadores del sueño americano, que realmente trabajamos muy duro y nos sobreponemos a los obstáculos. Tenemos una historia que contar, pero no la contamos bien. Al contrario: caemos demasiado en el llanto y la acusación. Lo que hay que decir aquí, y en buen inglés, es que si siguen imponiendo leyes contra los inmigrantes, no sólo nos va a ir mal a nosotros, sino también a ellos: es la economía de los estadounidenses la que va a sufrir un tambaleo.

Hay que contarles que el que va a sufrir es su bolsillo. Ya verán cómo ponen atención

Monday, September 10, 2007

EL MUJERERO

Ana Maria Jaramillo es de esas personas que no le tienen miedo a nada, eso se ve claro en la manera que habla, que escibe, que piensa y hace las cosas. Se fué de Colombia para Mexico 12 años atrás, y entre sus maletas se llevó ese gusto colombianísimo por la burla y la tomadera de pelo, que allá llamamos mamagallismo para darle crédito a Gabo. Cuentera desde chiquita, economista, escritora y periodista de mayor para no desentonar con el paisaje, esta pereirana tiene un no sé qué yo no sé dónde, pero desde que leí su primer texto, me ganó por knock out en el primer round.

Premio nacional de cuento en 1994, tiene entre sus características, quizá por sus estudios, una economía y una limpieza de lenguaje que usa como la mejor herramienta para sus relatos. Tambien ha escrito un par de obras de teatro, alguna novela y cientos de cuartillas periodísticas que han hecho y dicho de las suyas.
No teme en su escritura, exaltar los sentidos y la sensibilidad de su género y denunciar también el objeto del antojo masculino, y nos entrega sus historias salpicadas de humor, buena narrativa y sobretodo, de una frescura que se nos entra por los ojos y no deja lugar sin sacudir en la memoria. Nada mejor para comenzar esta semana, que un texto de Ana Maria como prueba de que el buen arte es la mejor sopa de pollo para el alma.

EL MUJERERO
Por: Ana María Jaramillo

Margarito Estrella huele a tortilla y a queso camembert, a tequila y a vino blanco, a chile y a pimienta verde. Tiene los ojos azules de un triste pasmado, el pelo ensortijado con haces de luz plateada. No cree en nadie; sin embargo es el más generoso amigo y anfitrión. Posee un gusto exquisito y lo que toca lo transforma en deliciosos manjares o en obras de arte.No se perdona los excesos aunque vive en ellos, ni resiste mujer alguna por más tiempo que el determinado por sus ganas de soledad. Dice tener una verga chiquita pero rinconera y no cree en teoría psiquiátrica distinta a la vergoterapia.
Es capaz de todo si le toca, pero le da una flojera...Le encantan las mujeres. Un día, no sabe cómo ni por qué, descubrió que las adoraba y con empeño y paciencia se dedicó analizarlas, a entender ese intrincado mundo de los no que son sí, de los deseos autocomplacidos, de secretos rincones donde jamás hombre alguno ha osado penetrar. Cuando conoce una mujer, Margarito Estrella se dedica a mimarla como si fuera una niña. Ellas van confiando en sus cuidados y poco a poco se convierten en juguetes eróticos. Las acomoda en posiciones increíbles, las acaricia como sólo él sabe hacerlo, les descubre sus mejores ángulos, indaga cada pedazo de su cuerpo y encuentra sus zonas de placer, les pregunta todo sobre sus vidas hasta conocer cada uno de sus secretos, de sus debilidades, de sus deseos, de sus fantasías.
Con amor y delicadeza, con decisión y energía las va convirtiendo en marionetas; las obliga a permanecer horas sobre su cuerpo y con toda su imaginación en marcha les va arrancando uno a uno los orgasmos hasta dejarlas exhaustas, luego las unge con bálsamo del tigre y las va durmiéndo al arrullo de su ahogada voz. Es cuando aprovecha para contemplarlas a sus anchas y descubrir cada una de sus cicatrices, de sus gestos, de sus defectos. Nunca las ama ni las odia más que en estos momentos: con el maquillaje corrido, la posición fetal del sueño, la expresión de calma en su boca, sus ligeros y asquerosos ronquiditos, la saliva que se va cargando de sabor amargo, el pelo revolcado y sudado, algunas uñas que han perdido un poco de esmalte, las orejas con perforaciones sin aretes, un pequeño grano en el culo, los dedos de los pies disparejos y con callos, la planta del pie áspera y reseca.
Entonces piensa en lo afortunado que es: ¡Que alivio! Mañana temprano se vestirá, se acercará lentamente, le dará un tierno beso y dejará una lacónica nota agradeciendo los favores recibidos. Si ellas dejaran, él podría arreglarlo todo. Sabría cómo vestirlas, cómo peinarlas; les contaría las uñas, les despintaría la boca; el abundante pelo, limpio y brillante, lo dejaría a los caprichos del aire. Les suprimiría el horrible olor a perfume y con un delicioso baño cargado de esencias de flores les dejaría limpio el cuerpo, para que exhale sus propios humores; con un lápiz muy negro acentuaría sus ojos, las vestiría de colores otoñales, desterraría el brasier para que las tetas se acomoden a su antojo y así poder calcular su peso.
Les quitaría mil palabras de la boca, les indicaría cuándo y de qué hablar y cuándo callar, les enseñaría lo inoportuno de una caricia y un beso cuando no se está listo para recibirlos.
Le gustaría poder matarles algo que no sabe qué es, pero por lo mucho que ha vivido y leído, él cree que algunos lo llaman “identidad” o tal vez “libre albedrío”, pero también podría llamarse “estupidez”. El sólo sabe que adora a las mujeres y las quiere ayudar.Cuando ellas se alejan de Margarito Estrella, una rara sensación las invade. Se sienten desaprovechadas; no hay en el mundo un hombre que las conozca mejor; ni siquiera el espejo refleja esa maravillosa imagen que Margarito Estrella logra devolverles.
Ellas quieren que él las desvista, las disfrace, las bañe, las jabone, las peine, las ame, les hable al oído, las ausculte, las critique, las desprecie. No desean que les mate nada y se defienden. Margarito estrella se enfurece y les mata todo. Con gesto borra el reflejo, con una palabra destruye el placer, y con el silencio entierra el putrefacto recuerdo que invade su alcoba. Margarito Estrella se refugia en la contemplación de la Vía Láctea hasta que otro proyecto de mujer cruza por el cielo.
Sonríe, se llena nuevamente de amor y reinicia su profesión de “Mujerero”.

Wednesday, September 5, 2007

CAERSE O QUEDAR COLGANDO? ALTO AHI !!!

Elina Furman, autora del best seller sobre las relaciones de pareja titulado KISS AND RUN, en donde habla de la enfermedad de moda: El terror al compromiso, que yo llamo SINDROME DE PETER PAN, escribe esta semana un artículo para Yahoo Personals.
Enumera las 5 señales para saber cuando tu pareja se inscribió en la maratón del año, está entrenando triatlón profesional, se acomoda en la pista, listo para el disparo de partida que lo hará desaparecer de tu vida para siempre.

Voy a permitirme, con la licencia que me da este blog para opinar impunemente sobre lo divino y lo humano, hacerte una traducción muy a mi manera de estas cinco señales que prenden una alerta roja en tu monitor en caso de que más de una de ellas suceda ahora mismo con tu media naranja:

PICKING FIGHTS: O si yo escribiera un libro las llamaría VISION MICROSCOPICA:

Mi querido, ténganse de atrás cuando comienzan con el cuento de:
· Oyeeee no comas tan rápido, nadie te va a quitar.
· Porqué no te peinas diferente, estoy harta de verte la misma raya por la mitad todos los días.
· Esa forma tuya de estornudar da asco, voy a comprar una sombrilla.
· De qué te ríes ah? No puedes tomar nada en serio?
· Porqué le hiciste mala cara a César cuando nos saludó en el club, es que te cae gordo?
· Se te están oscureciendo los ojos.
· Ese lunar en la barbilla ya parece verruga, porque no vas al dermatólogo?

Pilas...la cosa se ve mal.....huele mal y sabe mal. Es cierto que somos un costal de defectos, pero como el amor es ciego, mientras éste dura, la ceguera o por lo menos la miopía ayudan a sobrellevarnos con un poco de compasión. Cuando la visión se acomoda a la lupa, vaya, todo se va al carajo, de un día para otro somos lo que no éramos, nos vemos peor de lo que somos y nos sentimos en consecuencia con las circunstancias, o sea re-mal.

FORGETTING TO CALL: En mi best seller se denominaría ALZHAIMER SELECTIVO: Segunda señal del “enfriamiento global” del paraíso:
. ¿Yo te dije que te llamaba? Pero si fuiste tú quien dijo que llamaría.
. Estuve ocupadísimo. Mi jefe me tiene de la pelotas y tú encima presionándome.
. Mi vida, ¿cuándo es tu cumpleaños, el viernes o el lunes?
. ¿Cómo, tu reunión para el ascenso fue anteayer? Porqué no me contaste?
. ¿Fuiste al médico y estás en tratamiento? Y eso por qué?

CHANGING THEIR STRIPES: En mi libro se llamaría VOLTEARSE POR EL FORRO:
· Cambio radical de look: de castaña a pelirroja con una mecha pink en el copete
· 40 libras menos de peso.
· 2 perfumes nuevos en el tocador.
· Cambio radical de amigas: Victoria Secret en vez de Virginia Wolf.
· Rompimiento de rutinas: De un día para otro le comienza a interesar la jardinería en lugar del box. O deja de comer arroz con frijoles para aficionarse a los anillos de cebolla con salsa de queso azul.

CRITICIZING: Parecido al issue #2 pero peor, yo lo titularía: ME PARECE QUE TE CONOZCO PERO NO ESTOY SEGURO DE DONDE
· Desde cuando roncas tanto?
· Porqué no te matriculas a estudiar japonés por las tardes?
· BB, porqué te conformas tan fácil con todo ah?
· No te enseñaron modales en tu casa?
· Como has cambiado, ya ni te reconozco.
· Tus dientes se han puesto amarillos, no te cepillas bien, tomas mucho café y deberías dejar el cigarro.

LOSING SEXUAL INTEREST: En buen castizo, es cuando uno podría reescribir LA CAMISA NEGRA de Juanes, con nuevas sugerencias:
· Cómo así que hace una semana no lo hacemos, no fue anteanoche?
· Oye, no piensas que la vida es algo mas que templar y templar?
· Tengo que hacer un artículo urgente para una reunión de mañana.
· Me partí el alma hoy en ese meeting, vengo muerta.
· Esa pijama es nueva? Nooooo?
· Hay un documental buenísimo en la TV esta noche, dura 3 horas, lo vemos?
. Mi vidaaa alquilé 6 películas para el fin de semana.
· Que intensooooo
· Y la peor de todas por ser la más manipuladora: BB no eres tú, soy yo, realmente no sé qué me pasa, me perdonas? Y te miran con esa cara de ternero degollado que encima de todo nos hace sentir como una cucaracha por tener ganas, por querer, por sentir, en fin, por no haber perdido el entusiasmo.

Al contrario de lo que recomienda la reconocida Elina Furman, cuando dice: “si a usted le está pasando esto en su relación DONT PANIC, converse con su pareja”, yo en mi futuro best seller le diría, SALGA CORRIENDO Y NO PARE, antes que suene el disparo, no se quede a esperar el garrotazo, mire, cuando alguien ya no quiere, NO QUIERE y eso no hay quien lo cambie. Así, que mi querido lector, evítese el dolor de pasar por el rechazo, la crítica, las disculpas maricas, y finalmente el rompimiento, que ameritaría un capitulo especial en el libro con el que me haré famosa. Ese momento fatal en que no queremos irnos, pero tampoco quedarnos a ver al ser amado convertido en monstruo y a que esa persona nos vea transformados en estúpidos, llorosos y suplicantes idiotas.

Doña Cecy, mi mai, dice algo que me arrodilla frente a la sabiduría de la experiencia póngale atención....listos?


“Mijita... oportunidades se dan pero ganas NO”

Tuesday, September 4, 2007

CARTAS A CLAWDIA # 2

Por : Ricardo Bada
Clawdia, amor, te cuento que en Berlín habían sacado de la programación de la Ópera una puesta en escena de Idomeneo, rey de Creta, de Mozart, porque en la escena final aparecían las cabezas decapitadas de varios inventores de religiones, entre ellos Mahoma. Se temió que tamaña irreverencia provocase un atentado, pero por mucho que te extrañe, y sé que te extrañará mucho, el temor no era a los con harta razón enojados amantes de la obra de Mozart, sino a posibles terroristas musulmanes.

Luego, ante la presión de la opinión pública, que sintió en peligro la libertad de expresión, los responsables de la Ópera dieron marcha atrás y restituyeron esa escenificación al programa. Pero el daño quedó hecho, y la bajada de pantalones demostró una vez más que, como decía mi abuela Remedios, hay más miedo que vergüenza. Y al Islam, aunque se les llena la boca diciendo lo contrario, le temen. Desvergonzada, diarreicamente, le temen.

Me pregunto hasta dónde llegará el miedo. Por ejemplo: ¿llegaremos a ver un día “recortado” el texto del Quijote, como probablemente ya lo estará en su traducción al árabe?

Porque en el libro de Cervantes, en la primera parte, en el capítulo I, puede leerse: «Sobre todos, estaba bien con Reinaldos de Montalbán, y más cuando (...) en allende robó aquel ídolo de Mahoma que era todo de oro, según dice su historia»

Y en el V: «Historia sabida de los niños, no ignorada de los mozos, celebrada y aun creída de los viejos; y, con todo esto, no más verdadera que los milagros de Mahoma».

Y en el XVIII: «La hija de Pentapolín (...) es una muy fermosa y además agraciada señora, y es cristiana, y su padre no se la quiere entregar al rey pagano si no deja primero la ley de su falso profeta Mahoma y se vuelve a la suya»

Y en el XLI: «Di priesa a ponelle en tierra, y desde allí, a voces, prosiguió en sus maldiciones y lamentos, rogando a Mahoma rogase a Alá que nos destruyese, confundiese y acabase; y cuando, por habernos hecho a la vela, no podimos oír sus palabras, vimos sus obras, que eran arrancarse las barbas, mesarse los cabellos y arrastrarse por el suelo»

Y finalmente en el XLVIII de la segunda parte: «Aquí hace Cide Hamete un paréntesis, y dice que por Mahoma que diera, por ver ir a los dos así asidos y trabados desde la puerta al lecho, la mejor almalafa de dos que tenía»

Es decir, que Cervantes, a) certifica que ha habido imágenes idolátricas de Mahoma; b) considera mentiras sus milagros; c) lo llama falso profeta; d) se burla de su poder de intercesión ante Alá; y e) documenta que un árabe juró poniendo por testigo al Profeta que estaría dispuesto a pagar un alto precio por cometer el pecado de escopofilia [en castellano moderno diríamos que por ser voyeur].

Mucho me temo, Clawdia del alma, que nuestros descendientes van a leer un Quijote mutilado en aras al miedo al fundamentalismo islámico, y crecerán en un mundo donde la libertad habrá sido conculcada por el miedo. Pero no por un miedo a una amenaza real, sino uno alimentado premeditadamente por los gobiernos y las policías, para controlar mejor a sus propios súbditos.

Yo te confieso mi miedo, mi miedo a toda clase de fundamentalismos, pero más que a ninguno de ellos, al fundamentalismo de los hipócritas, disfrazado de deseo de protegerme. Del otro, del de los hijos del desierto, sabría cómo defenderme, y sería en legítima defensa, porque me ataca. Pero del que me abraza, dizque por mi bien, ¿cómo defenderme?

Un besote, y hasta la Victoria (la de Samotracia, claro), siempre.

Thursday, August 30, 2007

UNO POR UNO IGUAL NOSOTROS

No hay forma de echar a andar este tren sin combustible, pero el carbón escasea y es un modelo del siglo pasado, nada de rieles eléctricos, nada de programación por computadora. Todo es un solo engranaje que funciona desde mis manos hasta el alma de sus hierros viejos, ronroneadores como gato consentido a los pies de su ama. Lo mejor es su sirena, ese piiiiiiiiiii piiiiiiii de carcajada al romper el paisaje sin clemencia por los que duermen, sin importarle nada más que dibujar sus nubes oscuras sobre las nubes blancas de Dios.

Hoy casi no logro ponerlo en marcha, amaneció como un anciano perezoso y friolento que se niega a levantarse. Claro, yo conozco sus mañas, no en vano pastoreamos hace 50 años las benditas praderas de la vida, sé que le gusta despertarse con cuidado, que lo arrulle mientras recupera el sentido, que caliente despacio su corazón cenizo, hasta desperezarse y alcanzar su balanceo de cuna infantil que tanto me gusta. Todo es mejor cuando juntos derrochamos extasiados el verde desparramado en las colinas, el azul indeciso de la mañana mientras el sol escondido entre los árboles nos hace el juego, y nos envía mensajes luminosos en clave morse con su linterna dorada.

Nadie conoce mejor este montón de deshechos que yo. No necesito preguntar, no requiero instrucciones, no hay cartas de navegación ni tiempos preestablecidos. Esta máquina y yo somos una, y sobran los intermediarios para entendernos. No existen secretos, ni confabulaciones posibles. La nuestra es una amistad como la que ya no se encuentra entre los hombres. Una hermandad que supera los años, los achaques, la malicia del amigo que se regocija en encontrar al otro mas viejo de lo que lo dejó. Somos una verdad con dos extremos, uno en su médula metálica y otro en mi alma. Y así vamos por la misma ruta todos los días del Señor, igual pero distinta, porque nada es idéntico a si mismo más que un instante, el río es varios ríos dependiendo del día, unas veces corpulento, envalentonado y gritón, otras, derrotado y cabizbajo. Somos mejores amantes que el amor, porque la nuestra es una unión multicolor, hecha de árboles, pájaros, caminos pedregosos y montañas viajeras, de instantes risueños cantados a mitad de la lluvia, o llorados a pleno sol, como tiene que ser en lo eterno. Porque estamos hechos el uno para el otro, más que para lo que somos en soledad. Mi viejo tren no es el mismo si yo no atizo su fuego, y yo no soy la misma si el no silba mi nombre sobre los techos pajizos de los poblados por donde pasamos.

Todos tuvimos una vez un tren, todos fuimos héroes antes de que el miedo nos convirtiera en cobardes, todos crecimos y dejamos atrás la magia por alcanzar lo que otros dijeron que nos haría felices. Nosotros no, él sin mi empeño no es más que un montón de chatarra inútil, y yo sin su fé soy una mujer solitaria, medio loca, que envejeció jugando a que tuvo un tren y alguna vez viajó con él hasta el otro lado del arco iris.

Tuesday, August 28, 2007

ESTE DUDOSO MIERCOLES

Solo hasta leer el nuevo libro del escritor colombiano Ramón Manrique, descubrí el peligroso poder de la incertidumbre. No acaba uno de comenzar cuando en su primer poema nos descarga una mortal sentencia, un golpe directo y efectivo para dejarnos mal parados sobre nuestras endebles convicciones, cuando dice que… "ninguna ciencia navega en la honradez de la certeza". Que cierto es, y si pudiéramos nadar mas profundo en semejantes aguas, nuestro frágil navío ególatra sucumbiría, al confirmar a lo largo del libro que la incertidumbre no le pertenece solo a Manrique, ni a sus Miércoles, sino que ese océano nos ha tragado vivos, nos arrastra y nos avienta perverso sobre una incertidumbre personal, ética, interior, que nos pertenece como una aguamala le pertenece a la pierna del bañista, o un huracán a las chozas que desbarata a su paso, y que en últimas, no sabemos si exhibir su devastadora belleza horrorizados u orgullosos.

El poblador de estos días mansos en apariencia, nos deja fluir sobre un lenguaje directo, simple, que viaja sin escalas de la pluma al corazón, sin pasar por el cerebro para ser decodificado, nos fragmenta escenas que solas quizá no significan mas que un flash sobre un momento cotidiano, pero que reunidas en el libro y proyectadas como escenas de vida, tienen otro significado, otra contundencia y nos damos cuenta de que Manrique, como un mago se regocija en embobarnos al mostrarnos sus manos vacías, para dejarnos indefensos frente a las suertes letales de una verdad indefinible.

Nos cuenta que "nunca pudo descifrar los ingredientes de su alma", nos confiesa que "sus silencios gritan y llegan en tropel a su casa", de cómo sus huecas presencias lo "espían cuando reza y cuando ama, y lo recorren como tarántulas ante las cuales se queda inmóvil y ni siquiera piensa", y en ese momento que pareciera de terror o de suspenso, saca de su manga "la paciencia…que perfora el arrecife"…y su filoso borde brilla sobre nuestros cuellos, porque presentimos que esa paciencia no viene en son de paz, sino que amenaza torturarnos despacio y sin misericordia. Sin una sola gota de compasión, se declara "hermano del agua terracota"… que lo oxida todo. Hermano "de la nube que renuncia"… a su encumbrada vida y se desploma sobre las cosas convertida en misterio. Y así nos lleva por sus textos, nos levanta, nos da agua, nos acaricia la frente para reanimarnos, y nos deja caer sobre el siguiente drama.

En fin, el autor no mueve un dedo a lo largo de su libro, para salvarnos de la honrada certidumbre de que somos tan relativos, tan frágiles, tan inciertos y tan vulnerables, como cada uno de sus irremediables Miércoles. Sin embargo, no queda sabor a derrota después de leerlo. Queda más bien una dulzura amarga, parecida al encantamiento de la presa indefensa frente a los ojos de su verdugo, y lo perdonamos porque con todas sus consideraciones nos enseña la sabiduría un poco triste, pero no menos cierta, de que la incertidumbre forma parte de la grandiosa naturaleza del universo.

Nace “ESTE MIERCOLES” en Miami, un poemario que ve la luz en la ciudad del sol, y sin embargo nos trae las sombras de otros Miércoles menos luminosos, como el que originó el título de su libro justo cuando la invasión de Irak. Miércoles casi de ceniza, de recordatorio del polvo que somos y en el que nos convertiremos.

Fecha: Miércoles 29 de Agosto de 2007
Lugar: Salón de estudios y cultura. Hospital Larkin. Miami, Fl.
6129 SW 79 St, Segundo piso. Edificio anexo al estacionamiento.
Hora: de 7:30 p.m. a 10p.m.
Entrada Libre

Sunday, August 26, 2007

GENIO Y FIGURA...MÁS ALLÁ DE LA SEPULTURA

En todas las fiestas, aparece un colado, ese sujeto que nadie invitó y sabe Dios de dónde salió, pero que está allí tomándose el trago, rumbeándose a las muchachas, abrazando a la anfitriona como si la conociera de toda la vida y dando ordenes de que “Oiga, cambien esa música, ustedes no tienen ni idea de animar una fiesta, y cuando uno menos piensa, sin siquiera cumplir con los requerimientos mínimos para pertenecer al círculo selecto de nuestras amistades, se posesiona de la casa, de la rumba y hasta de la novia del cumpleañero.

Pero como todo en este universo es perfecto, gracias a su desabrochado entusiasmo, nos tocó levantarnos de las sillas, hacer el ridículo trencito alrededor de la sala, morirnos de la risa con sus chistes pasados de tono y en fin, romper la rutina de nuestros acartonados días y permitirnos otra cosa, nueva y natural.

Toda esta disertación filosófica, es para darle la bienvenida al fantasma de este blog, ya saben, cualquier mansión que se respete tiene el suyo propio, un duendecillo que entra y sale sin pedir permiso, con una voz chillona o burlona que nos grita miedos y verdades, y casi siempre nos deja mensajes urgentes "del más allá", para prevenir o corregir "el más acá", cosas en qué pensar, mensajes sobre los qué reflexionar.

Este chico cumplió los veinte hace nada, todavía no le ha sanado el ombligo y el bigote le huele a leche materna. Estudia en una de las universidades más “play” de Colombia, una carrera que no tiene que ver para nada con la literatura. Provocador de profesión, y caminante por vocación, se ha recorrido a pié unos buenos kilómetros de la geografía azul de éste planeta a veces tan negro, y ha venido hasta aquí, ha tocado la puerta, y con gran tranquilidad e inocencia, me ha dicho que tiene cosas que decir.

Hoy es su debut, no tengan miedo de sus locuras, es un espíritu chocarrero que disfruta rompiendo jarrones chinos y torciendo los cuadros en el corredor. Hoy es “su primera vez” y sé que no será la última, Así que mis queridos, saquen el rosario, desentierren del fondo de la mesita de noche la novena milagrosa de la Virgen del Agarradero (agárrame a mi primero) y roguemos para que la noche sea corta porque no tengo idea con qué nos va a salir este muchacho, aunque me asalta el grave presentimiento de que en la educación de este crío, “esa platica se perdió”…. Ahí se los dejo.


REGLAS PARA HABLAR
Por: Juan David Orjuela

¿Que pasó con el respeto a la bella y rica lengua española que ahora es tan mal utilizada?
¿Qué nos pasó durante la etapa de crecimiento, en qué momento nos llenaron la cabeza de basura?
¿Dónde está la sencillez con que uno hablaba de niño, sin palabras complicadas, con sentimientos puros de verdad y sin hipocresías?

Discutíamos en la universidad la opinión de diferentes alumnos sobre un rascacielos que se está construyendo en la ciudad de San Petersburgo. Apenas comenzando el semestre, cuando uno todavía se encuentra desorientado y rechaza la disciplina y la academia, aunque después volvemos a ser mansos, nos acostumbramos o nos resignamos, da lo mismo.

Pero hoy no me sentí así. Después de dos horas de estúpidos juegos de palabras, en los que la idea es ser amable, comprensible, interesante, agradable y donde comienzan a surgir un montón de opiniones hipócritas, que solo buscan congraciarse con la cuchilla de turno, me encontré encerrado en cuatro paredes de desesperación, claustrofobia, palabras cortadas, rabia, y ruido.

No encontré otra manera de desahogarme sino escribiendo:

Maldita sea la lengua española por ser tan rica, malditos los sinónimos y malditos sean los habla mierda y los profesores que les siguen la cuerda!

¿A dónde se fue la simplicidad?

Nuestro idioma se utiliza para la mentira, para extender un tema que no hay de donde más darle cuerda, para hacerse el interesante, para confundir, para darse vitrina y para ver como se desperdicia el tiempo en idioteces.

Así que esto es un llamado a todos los amantes de nuestro idioma. Propongo una ley que:

· Prohíba totalmente las palabras que aparentemente complementan pero confunden. NO MAS SINÓNIMOS para la gente que va a repetir la misma vaina pero dicha de diferente manera.

· Solo se permite el uso de estos recursos a escritores, poetas, enamorados, despechados, que tengan algo valioso que aportar, y a los amantes de nuestro idioma que lleven sus opiniones y sentimientos a algo concreto.

· Creación de un curso especial y obligatorio en las universidades llamado: DESAPRENDIENDO EL ESPAÑOL, para que la gente vuelva a ser como en la infancia, que decía lo que quería, que iba al grano, sin ideas complicadas, y conceptos disfrazados de verdad… y el que no tenga nada que decir, que no diga nada.


DESAPRENDIENDO EL ESPAÑOL 1:

Aquí va la descripción del programa:

SUPRIMIR FRASES INUTILES COMO:
· Con el respeto que usted se merece…
· Hablando de ese tema….
· Complementando lo que dijo mi compañero…
· Interrumpo para hacer un paréntesis…. (ya interrumpió, ya no la cague más) etc, etc.

ELIMINACION DE SINONIMOS: Que cada cosa tenga un solo nombre.

SINCRONIZANDO CONCEPTOS:
La amabilidad como un valor de respeto y no de lambonería para echarse al bolsillo al profesor de turno.
La honestidad en su esencia más pura.
Aprender a callarse de por Dios.

La evaluación irá en una escala de 1 a 5, siendo 5 la única nota posible para aprobar el curso, de manera que estemos seguros de que ningún mediocre se graduará del curso si no desaprende lo recomendado, con eso además estaremos garantizando la preservación de los recursos, cargos y oportunidades a gente que de verdad aporte y no que estemos alimentando sabandijas grandes y acabarropas.
Nota: La aprobación de este curso será requisito absoluto para la graduación de cualquier carrera universitaria, curso intermedio, de verano, master, diplomado, doctorado y demás opciones estudiantiles.

Es posible que con estas medidas, en algún momento este mundo sea un lugar donde la gente hable y se entienda, sin discriminación en cuanto a niveles de manejo del idioma, sin pérdidas de tiempo.

No más mentiras ni rodeos y que de una vez por todas termine el reinado de los habla mierda, que nos traen jodidos desde hace muchos años.

Thursday, August 23, 2007

RENE : FABRICANTE DE PAISAJES

Imagino que René Rodríguez Soriano nació como él dice que nacen sus libros, de costado y sobre una alfombra voladora. Creció con los ojos llenos de palmeras, brisa y mar en República Dominicana, y vive de viaje, mientras sus poemas se le escriben entre los dedos, solos y sin autorización. Va y viene entre el insomnio de Miami y la sonrisa de merenguero que le destila jazz por todos los costados.

En él, la vida es un relámpago, un refulgir de palabras brillantes y sonoras que estallan en los oidos de los que lo escuchamos, en los ojos de los que lo leemos y en el corazón de los que amamos su poesía. Porque es un hombre multifacético, a medio camino entre periodista, escritor, poeta y encantador de serpientes. Sabe de los artilugios secretos de la delicadeza y sus venenos, conoce perfectamente la sed literaria en la que edificó su mundo y desde donde nos habla con voz y con voto por la vida.

Escribe y vive con las tripas, no se queda en la orilla de ninguna parte y va directo a lo que le preocupa sin esperar opiniones burócratas sobre lo adecuado de permanecer en el justo medio de la nada. Recomienda que no escuchen sus consejos y que lo acompañen en su vuelo sin equipaje por las esquinas del poema.

Aquí les dejo sus palabras de dientes feroces, palabras que no le pertenecen porque desde que se le escapan son mas nuestras que nosotros mismos.

FALSO PISO
Por: Rene Rodríguez Soriano
"Del otro lado no hay orilla"
Gabriel García Márquez

Se escribe con un pez ciego entre los dedos, con un pulpo haciendo cientos de señales de la cruz. Todos los carros van alguna vez camino del infierno, todos los gallos desafinan la sombra con el pincel de su canto. Me gusta la flauta dulce, de caña, la flauta india que tuerce sin romper el viento contorneando su cintura entre los hilos del aire. Me gustan las tubas, los cornos franceses, las maracas. Me gustan los tomates bien maduros, y levantarme en las mañanas grises y mirar que sale o no sale el sol.

Me gustaba, atravesada entre mi sueño y mi frazada, la guitarra de Homerito despertando a mis hermanas que, de niño, me levantaban bien temprano y con rocío para la misa de domingo. Más que los sermones y las homilías, me tranquilizaba convincente un buen helado de ciruelas o de fresa. Aunque los como, no soy muy amigo de los melones cantaloupes. Soy débil por las mandarinas, sus gajos como labios finos, deseantes, deseados. Me gustan los limones, las limas. Soy loco con las guamas, los caimitos manchosos, las ginas, los pomos, las granadas –o grosellas que amargan cuando muerdo la telita que separa semilla de semilla–. Me gustan las canciones y los barcos; los buses y las fresas y besar ojos abiertos, desnudos, sin sombrero.

Después llegaron las preguntas: a la noche, a una mariposa sabatina que me entretuvo en Brescia; a un caballito del diablo; a un pirilampo, que volaba o encendía las horas del amanecer; a un cometa; a un niño mudo; a una mujer despeinada, buscando el metro a todo tren por Time Square o Altamira. En Tel Aviv, sin crucifijo, a un juglar y en el viejo San Juan, andando a pie, a una muchacha de amarillo canario con casi los ojos de Anaísa... a las flores, a las estrellas y al violín de Becho, también los acosé sobre el verde de los olivos, el mosto de las uvas y mi aversión por el arroz con garbanzos y las lentejas sin sal. Amo las sopas de los días de lluvia.

Apenas hace un rato se me antojó caminar a orillas del lago, vi una luz pequeña bañarse aguas adentro en lo más profundo. El más grande de los patos les secreteaba travesuras a las patas, un patito amarillo, pequeñito y con plumas que se confundían o aparentaban la pelambre de un gato feo, nadada y no nadaba en la orilla. El mariachi sacaba niños de su auto como un mago saca conejos del sombrero. Casi todos duermen y en el fondo del lago otras luces, casi imperceptibles sobreviven o se ahogan. Papá me dijo alguna vez que las mujeres y las patas son al agua y a la luz como la noche al manto, o a la inversa.

Yo no escribo, yo pinto. Trato de describir o desdecir lo que no puedo apuntalar con mi decir en este espacio que desborda el vacío. Yo no cuento, yo no canto; toco, pulso una lira sucia de escayolado pensar. Doto alas a las plumas de mi lengua y voy por los caminos del espanto perdido en los sinónimos del diccionario. No pregunto, cuestiono, no exijo, no reclamo, no grito, no imploro ni rezo ni deliro, nado como Adán cuando nada como ave ante la indiferencia de su Eva. Yo no pulo, yo no limpio, yo no lavo, yo no arrugo, yo no plancho ni almidono, ni zurzo ni cuestiono ni espero respuestas. No tengo prisa, no espero nada. Lo tengo todo.

[Al Gabo, desmesuradamente]

Monday, August 20, 2007

ESTA VEZ LA CITA FUE CON LA MAGIA

Llegó cumplida y expectante, elegante en su sencillez casi monacal, (jeans y t-shirt negra sin adornos), si no fuera por sus pequeñas uñas de manos y pies pintadas de un fresa secretamente provocativo.

Se presentó sola, “Hola soy Daína”. Y su magnetismo se hizo cargo de los asistentes al taller de lectura en honor de su última novela, LA ISLA DE LOS AMORES INFINITOS. Durante la charla los que habían venido a escucharla, yacían sobre sus sillas, hechizados con el ligero temblor de sus labios al hablar, que era de pura emoción creo, de conversar de las cosas que le interesan y más aún, me pareció como si su afán fuera poder llegar al fondo de las inquietudes de los que allí estábamos. Fue una charla deliciosa, una mujer abierta como una flor para su público, una escritora que definitivamente no se perdona las improvisaciones y se asegura personalmente de que las cosas sean como tienen que ser cuando muestra su trabajo.

Hablamos de la Cuba decimonónica, y de principios del siglo XX, de las tres culturas que componen la historia de su novela y del mágico viaje emprendido por tres familias, una en África, otra en España y otra en la China, que cuentan sus desventuras en el periplo de su final arribo a Cuba. Nos contó de su infancia, nos explicó a fondo las necesidades de sus personajes, nos extendió un certificado de veracidad a toda prueba sobre las costumbres y usos de la época, pues según ella es muy importante que la documentación sea tan rigurosa como la misma narración.

Todo lo dijo atacando las palabras, apurándolas para que dejaran salir las que pugnaban por aparecer detrás, no quería dejar pasar ninguna oportunidad de complementar, explicar, y satisfacer la curiosidad de los lectores. No le costó ningún trabajo en ocasiones descender unos cuantos peldaños para clarificar inquietudes inocentes, o con gran cortesía desanimar a la señora despistada que en mitad de la reunión pasaba por allí y preguntó si su novela servía para proponerla en un taller de libros de autoayuda.

Nos entonó sin vergüenza ninguna, un par de estrofas de boleros que hasta quisimos cantar con ella. Nos hizo reír con sus apuntes explicatorios sobre los dichos cubanos que nacieron de la convivencia con los primeros chinos en la isla, y finalmente se sometió juiciosa al acoso de sus fans que acabaron con una pila de libros dispuesta para los que quisieran adquirirlo autografiado, y sin reparo aceptó con entusiasmo firmar los que algunos llevaron de sus casas, comenzando por una edición cubana que ya no se consigue.

Así terminó la noche, con esa sensación de plenitud que se tiene también cuando uno va a un buen lugar y no le duele pagar la cuenta. Aunque en este caso en concreto, la cuenta se la quedamos debiendo porque al final el billete que nos trajo el mesero era una nota de cortesía del dueño del lugar, diciéndonos que la casa invita. Barnes & Noble ofició de buen anfitrión, Daína Chaviano, inmejorable como luminaria invitada y nosotros, sus lectores, regresamos a casa con el corazón pleno de magia, palabras e historias que nos dejaron listos para ir de primeros en la fila a comprar su próxima novela.

Friday, August 17, 2007

SE BUSCA A MARTA

Vine a esta ciudad a encontrar un pedazo de mí que anda perdido. Por más que busqué entre los trastes de la cocina, en los cajones abandonados, en el naufragio de mis closets, en el polvo de las maletas debajo de la cama, nada. Por ninguna parte apareció. Hice todo lo que cualquiera haría si se le pierde algo importante: Rememoré cada paso dado en los días anteriores, llamé a mis hijas, a los amigos a ver si lo perdí en casa de alguno, todos me dijeron que "no, que aquí no hay nada, que no lo he visto, pero déjame mirar y si lo veo te aviso inmediatamente”. Hasta reuní el valor de ir a buscar ese amor aún dolorido y tapándole los ojos al miedo le pregunté si él tenía entre los abandonos míos, esa parte urgente de mí que no encontraba y me dijo que no, que “aquí no está, pero si aparece te llamo”.

Ante esto, no me quedó más remedio que empezar a buscarme donde no me había perdido. Bajo los faroles de mi barrio. Un poco mas lejos —pensé— y caminé hasta los parques más cercanos, luego tomé el primer bus que pasó y como si fuera uno de aquellos locos que se trepan a contarnos sus miserias, armé una retahíla que con los días aprendí de memoria y repetí hasta el cansancio: "Discúlpenme que los moleste, yo sé que van apurados a sus quehaceres, o quizá ocupados pensando en cosas importantes, o simplemente preparándose para comenzar el día, pero es que necesito de su ayuda. Hace un tiempo me perdí y no me encuentro, será que por casualidad me habían visto antes a mí, o a una parte extraviada de mí por la calle, quizá al cruzar un semáforo, o haciendo una fila eterna en el banco...", algunos me miraron interesados y siento que en verdad esculcaron sus cerebros a ver si me recordaban pero no, en el mejor de los casos, se sintieron tan conmovidos con mi historia que reunieron unas monedas para financiar mi búsqueda.

Luego, se me ocurrió mandar a imprimir unos volantes con mi foto, los repartí en las esquinas, a la entrada del cine, a la salida de las iglesias, los pegué con cola en los postes de luz y hasta ofrecí una recompensa para el que suministrara información valiosa y comprobable que ayudara a dar con mi paradero. Cada mañana me daba ánimo, al principio me abrazaba y una vocecita adentro me decía: “Tranquila, todo va a estar bien, ya verás que apareces, es cuestión de tiempo y paciencia”; Luego, lloré desesperada, peleé con Dios y lo maldije, hubo noches en que recé mantras en sánscrito para repetir alguna cosa hasta el cansancio, cualquier cosa que llenara mi mente y no me pareciera una oración, para no sentir que le rezaba a ese Dios, sordo y mudo que no se merecía mi devoción. Empecé a mirar con desconfianza a los amigos, ninguno era suficientemente solidario con mi pena. Hice aduana en mi casa, saqué esas otras partes de mí que en el camino de encontrarme ya no me servían, cambié de dieta, aprendí otro idioma, recorrí todas las discotecas de la ciudad, los hospitales, las estaciones de policia... la morgue, hablé con todos los hombres y todos eran sordos, sólo se oían a sí mismos, todos eran narciso mirándose en su espejito de agua.

Finalmente, decidí que esa parte de mí aún no encontrada, no estaba en la ciudad, ni en el país, y vine a buscarla a Miami, porque en ésta ciudad se pierde todo y a la vez se recupera. Quizá alguien conocido lme encontró perdida y sin rumbo, y por correo me mandó a donde sabe que vengo con frecuencia.

Apenas estoy descargando el equipaje. Quiero abrir las ventanas de mi alma para recibir la luz, dejar de par en par la puerta para que el sol entre y se haga cargo de las sombras. Hay mucha correspondencia en el piso, paquetes en la puerta con sus etiquetas amarillas y borrosas a la espera de su destinataria, quién quita, a lo mejor entre todo eso esté mi partecita perdida, o mejor, en mi corazón tengo la secreta esperanza de haberla dejado olvidada aquí mismo en alguno de mis viajes anteriores, en uno de esos lugares que por imposibles no había buscado antes.
Me levanto cada día y camino esta ciudad casi tan mía como la otra, estas calles, esta brisa maravillosa de mar y de sol, este idioma salteado de mezclas y colores en la piel, esta historia construida con los pedazos de las historias de todos los que vivimos en ella. Lo único que lamento es que los trozos de pino que arranco en el trayecto y por costumbre mastico mecánicamente, no saben igual a los que hay en la calle del frente de mi casa en Bogotá.

Tuesday, August 14, 2007

A VECES EL CIELO NO ESTA TAN CERCA

Mami, hoy amanecí pensando en tí. En cómo tu aroma se derrama por la casa y lo resuelve todo, lo refresca, destruye las sombras nocturnas que perezosas no quieren abandonarme y se pegan a mis párpados, a mis miedos.
Hoy hueles a felicidad lejana, a lo que hace rato no tengo y me hace falta, hueles a jardín de patio, con lilas, lirios y cecilias. No tengo cómo recuperar esta mañana tu sabor, ese sazón que le pones a la vida, a veces tan imponente y otras tan delicado que no se alcanza a percibir sino cuando se está lejos, al otro lado del corazón como yo estoy.

Abrí los ojos y me acordé de los tuyos mirándome desde su verde indefinible, y la boca me supo a tu arcilla, a pozo de aguas intocables que regresa mi voz con tu nombre cuando te llamo dormida. Mami, esta mañana me faltas en la sangre para sentir tu fuerza, me dueles en los huesos, en los brazos, en el vientre. En el hueco de las manos, en el paréntesis del abrazo vacío, en el regazo tibio de tus muslos. En la nebulosa suavidad de tantas cosas que quisiera recordar y se me han ido, se han perdido en los recovecos del pasado, y quizá duerman su letargo llenas de polvo y telarañas en el ático desaparecido de la infancia, y sus risas de trapo ya no alegran mas mis tardes, y su brillo de juguete nuevo ya no reluce en su desportillado olvido.

Mis manos no quieren desprenderse de tu falda imaginaria, mi voz niña chilla porque no estás y todo es oscuro, porque no apareces con tu luz a espantar los fantasmas del closet. Porque no me rezas una plegaria de esas largas como tus dedos que van de aquí hasta el placido sueño. Porque no preparas una poción trasnochada que lo cura todo con su magia sólo porque tú lo dices.

Mami, quizá no sea al momento, ni la forma, quizá ni siquiera pienses que sea necesaria esta confesión, pero te extraño. Más que el resto de los días, por encima de esta mujer que soy y que cree que lo puede todo. Sin el permiso de mi soberbia, sin la autorización de mis orgullos, sin el beneplácito de la Marta que se cree poderosa e indestructible. Te amo ma, y quiero decirte que soy todo eso porque existes, porque aún estás, y porque tu me sembraste una mañana en tu jardín y allí he crecido rebelde y jubilosa. Me hace falta tu rocío en esta sofocante Miami que no perdona las nostalgias y no consiente a las mujeres débiles cuando se despiertan extrañando el paraiso.

Miami, Agosto 14 de 2007

Sunday, August 12, 2007

ESCRIBIR HASTA REVENTAR

Sin más argumentos, les traigo la visión del poeta nadaísta colombiano Jota Mario Arbeláez, para ilustrar desde otro ángulo, el tema que nos atañe por estos días con aquello de escribir, publicar, vender, en fin, todo lo que se genera del ejercicio literario y sus interesantes esquinas ideológicas. Ustedes tienen la última palabra:
Por: Jota Mario Arbeláez
Poeta Nadaista

"Por un poema redimí mi bachillerato y por otro poema merecí el doctorado honoris causa en una universidad. Un libro de poemas me llevó a Macedonia a encontrarme con 80 poetas del mundo en pantaloneta. Por un poema Artemio Franco mandó a restaurar los techos desplomados de mi casa de las agujas. Por un premio de poesía llegué a la publicidad a seguir recibiendo el mismo premio todos los meses. Por un poema Pacho Santos me llevó a El Tiempo. Por dos poemas que le leí a mi mujer al oído tengo dos hijos. Y con poemas edifiqué mi casa y tanqueo mi Mercedes. Por ser poeta me piden que defienda causas perdidas. Por la poesía fui a Islanegra a saludar a Nicanor Parra. Y la poesía, que es contradictoria como la realidad, no me ha brindado sinsabores sino cuando he triunfado con ella ganando premios." (Tomado de un texto anterior del mismo Jota Mario)

ESCRIBIR HASTA REVENTAR
Representa un privilegio el tener dónde expresarse, y sobre todo sin ningún tipo de censuras ni coacciones. Desde hace casi 10 años sostengo columna semanal en El País, lo que me permite continuar viviendo en mi barrio, comunicarme con infinidad de lectores, enviar mensajes cifrados a mis prospectos, mirar cómo Cali va despertando de un letargo ruinoso generado por gobernantes ineptos. Desde siempre Cali fue una ciudad que no se resignó a tragar entero. La alegría de los caleños, manifiesta en su culto al baile y la música -así hubiera o no hubiera plata-, se mantenía equilibrada con su disposición a luchar contra esas leyes que daban paso a injusticias rampantes, como la ley del embudo*.
Recuerdo cómo sufría cuando nadie me publicaba, y tenía que imprimir mis reclamos en esa arma tan peligrosa como perseguida que era el mimeógrafo. Y salir de madrugada con el lechero a deslizar los panfletos por debajo de las puertas de los durmientes. No pocas veces tuve que salir corriendo cuando alguna luz se encendía en una ventana, o un perro desaforado me daba caza para morderme una nalga.
En juego largo hay desquite, me decía el garitero para consolarme de mis derrotas en el billar pool, y mi abuela cuando veía que me quitaban las novias. Nunca pasé un día sin escribir una página por lo menos y leer diez. De pronto me comenzaron a llamar de periódicos nacionales y regionales, de revistas literarias, de arte, políticas, eróticas, humorísticas y virtuales como Cronopios. Y como tenía tanto material acumulado de las épocas del silencio, aproveché para vaciarlo en esas tribunas. De allí que muchas veces sea tan evocativo, me plante en la infancia de pantalón corto, regrese con tanta frecuencia al Santa Librada, siga tirando piedra contra el binomio gobierno-fuerzas armadas en permanente 10 de Mayo. Los ahorros literarios de paciente hormiga me dan de vez en cuando la mano para cumplir con tanto requerimiento. No es porque me estén comiendo la nostalgia ni la melancolía. Y ni siquiera la saudade, con ser palabra tan linda.
Desde que sale el sol van entrando en mi estudio libros como amores que me remite la vida. Como una gratificación por habérmela pasado vida leyendo, supongo, me han invitado para la próxima Feria del Libro del Pacífico, al Simposio Jorge Isaacs, con quien todavía no he hecho migas. Aunque me inflo de orgullo al figurar a su lado en el magro mosaico de escritores vallunos propuesto por Julio César Londoño. Mi profesor de literatura me había increpado que nunca estaría hombro con hombro con el autor de María. Este feliz montaje fotográfico le da un mentís.
Ya ha comenzado la guerra de las Galias intelectual con respecto de la peregrina tesis de Julio César. Blande su espada Fabio Martínez, quien no se traga el sapo de que la literatura antioqueña y la bogotana sean superiores a la nuestra. Yo si lo creo, con todo y que tengamos a un escritor de 18 quilates como es Fernando Cruz Kronfly. Pero volvamos a mi cuento. Cuando tenía veinte años suscribí un manifiesto solicitándole al alcalde de la ciudad que recogiera el monumento de Efraín y María –en ese tiempo al pie del Batallón Pichincha- y lo sustituyera por uno de Brigitte Bardot desnuda. De no hacerlo dinamitaríamos la estatua. Debo reconocer que hoy la Bardot tiene la figura de una foca de las que protege, mientras que la heroína de Isaacs conserva su inmaculada belleza.
García Márquez suele repetir que escribe para que los amigos lo quieran más. Yo lo hago para hacer rabiar más a mis enemigos. Aunque lamentablemente cada vez cuento menos. Algunos se murieron de rabia, otros de envidia, otros de viejos, y otros entraron en Parkinson.
Ahora me llega otro privilegio con aspecto de desafío, que debo agradecer a El País. La apertura de un blog personalizado para escribir el día a día. Eso si no lo tenía ni soñado. Comparto esta distinción con Guillermo Díaz Salamanca, Andrés Otálora y Patricia Castañeda. Desde el 9 de Agosto, consultando http://www.elpais.com.co/. Afilo las teclas y las garras y me siento a gusto en mi estudio para dar rienda suelta a lo que tenía por decir.
(Tomado de CRONOPIOS, diario de hombres y mujeres de palabra)
* En Colombia la ley del embudo significa: "Lo ancho pa' mi y lo angosto pa' los demas"

Thursday, August 9, 2007

PARA SALVAR A JULIA

Por: Marta Sepúlveda Góngora


Anteanoche estuve en una de mis librerías preferidas de Coral Gables, con toda la intención de disfrutar en compañía de un buen vino, la presentación del último trabajo de la dominicana Julia Alvarez, de la cual leí hace poco “Para salvar el mundo” y me pareció una historia interesante, bien documentada, profesional y agradable de leer.

Con estos antecedentes, llegué muy a las 7 y media, y ya la gente aguardaba por la autora. Todo estuvo a tono con la ocasión: El salón principal abarrotado, el ánimo espectante, nuestro queridísimo José Álvarez escritor colombiano, cabeza de la Feria del Libro en la parte latinoamericana como presentador invitado -muy tieso y muy majo él-, video con slides en power point, en fin, todo. Lo único que hizo falta esa noche en Books & Books fue una obra buena para presentar. Lastimosamente la calidad brilló por su ausencia y en lugar de ello, la escritora con gran naturalidad, nos confesó desde un principio que su trabajo a ofrecernos, era un encarguito que la editorial le habia hecho.

Que la habían llamado para decirle que necesitaban quién escribiera algo sobre las costumbres latinas y que ella habia sido la elegida. Ante lo cual, emocionada contestó que cómo así pero que bueno, que para cuando era la cosa. Y se amarró a la pata del escritorio a escribir ONCE UPON A QUINCEAÑERA, que entre otras cosas, se vendió como pan caliente después de la presentación.

No tengo nada contra las quinceaneras, ni contra las costumbres latinas, ni contra Julia Álvarez, es sólo ese sabor de lo mercenario en el arte, lo que me pica en los dedos para escribir esta nota. Me queda un ardor maluco en la garganta cuando me toca tragarme el cuento este de que las costumbres latinas para allá y para acá, y que le encarguen a uno un trabajito, como quien va a la carnicería de la esquina a encargar una libra de hueso bien carnudo pal sancocho de mañana.

Los latinos no necesitamos ser la propaganda de la que se sirvan los comerciantes para enriquecerse, podemos ser otras cosas. Y sobre nuestras costumbres puede escribir doña Julita o quien quiera hacerlo, pero cuando y como se les dé la regalada gana, y si se lo publican, entonces bien.

Me supo a puro comercial de TV el nuevo libro de Julia. Título, portada, todo. Pero bueno, cada cual tiene derecho de hacer lo que le parezca. Quizá me faltaría únicamente agregar algo: PARA SALVAR A JULIA como autora para la posteridad, sólo habría que aconsejarle revisar muy bien sus prioridades como escritora.

No es que los escritores seamos la gran cosa como muchos nos creemos a veces, lo que sí es cierto es que somos destinatarios de un compromiso ético con el propósito altruista de nuestra vocación, porque mis queridos lectores, para los que no lo saben, o se les ha olvidado, uno no escribe porque le toca, sino porque nació para eso. Y así como los historiadores son los encargados de registrar los sucesos de su época, los escritores somos la conciencia de la sociedad que vivimos. Claro, ahora con la tergiversación de los valores a todo nivel y el caos que nos asiste, la historia y la conciencia se piden a domicilio, se arreglan por encargo, se pagan por cuartillas y le pertenecen a los medios de comunicación.

Sunday, August 5, 2007

WEI HUI Y LAS CICATRICES DEL SILENCIO

Por: Marta Sepúlveda Góngora
Érase una vez un país muy muy grande, uno de los más poblados del mundo. Tenía tantos habitantes y su territorio era tan grande, que casi representaban un cuarto de la población mundial y de la extensión geográfica del planeta.

Si tuviéramos que darle un nombre, podría perfectamente llamarse: El país del Silencio. Allí permanecer callado era importante. La obediencia y el seguimiento ciego de las tradiciones habían hecho mella en sus pobladores, a tal punto, que se les olvidó escribir y leer sus propias memorias. Y así vivió su gente por años y años, sólo sostenidos por historias muy antiguas que ya casi nadie quería escuchar, porque eran tan repetidas y tan fuera de lugar que no tenían nada que ver con la realidad que vivían.

Hasta que un día, en un hogar de Shangai, nació una pequeña flor de porcelana. Una niña con un nombre tan breve, que imitaba la dulce canción del viento en las cañas de arroz; hija de un adusto militar y confinada en su infancia a un monasterio en el que permaneció juiciosamente, hasta entrar a estudiar y graduarse en Filología China en la Universidad de Fundan, una de las más prestigiosas de su país.

En el 2.000, esta mujercita con la inocencia pintada en la sonrisa, a sus veintiséis años pensó que ya estaba bueno de silencios, y decidió publicar su segunda novela en la que contaba cosas que ocurrían en su patria pero que nadie quería saber. Entonces, salió a la luz “Shangai Baby”, una novela de corte erótico, rebelde y testimonial, que habló a gritos por la nueva generación china, y que fue condenada por las autoridades, tildándola de inmoral y mentirosa. En este libro, contaba las hazañas juveniles, las inquietudes existenciales, las relaciones sexuales con jóvenes de los dos sexos, y los problemas de su generación, como la impotencia y la drogadicción. Fue una mujer valiente, que con sus palabras rompió el hechizo de miles de adolescentes, que se encontraban entre los muchachos con más alto porcentaje de alienación virtual, o sea, consumidores empedernidos de horas, días y semanas enteras frente al computador, para escapar de la realidad de sus vidas. En cinco semanas 80.000 recién des-hechizados, corrieron a comprar el libro clandestinamente en las discotecas de moda, agotado en tiempo record y despertando tal escándalo, que Wei Hui fue catalogada como “chica mala, irreverente y cochina” y en pelno siglo XXI, al mejor estilo de la Inquisicion, 40.000 ejemplares de su novela ardieron por horas en una enorme pira de palabras cuyo humo aún se divisa en el aliento de la ciudad.

Hoy, después de varios años de lo que esta historia cuenta, Wei Hui es una escritora exitosa que llegó a Nueva York un día antes del desastre de las torres gemelas. Allí se dió cuenta de que ella estaba en problemas, China estaba en problemas y concluyó que el mundo entero estaba en problemas. Ha pasado el tiempo y ahora es más feliz, ya no le toca sonreír sin mostrar los dientes, como la tradición obliga a las chicas “bien” de su país, ya no acepta indefensa la premisa que sus padres le repetían siempre…”Querida, el analfabetismo es una virtud”. Y por la voz de Coco, su protagonista, cuenta cómo las chinas sienten y necesitan lo mismo que las occidentales, pero están totalmente reprimidas y por lo tanto tristes.
Habla sin tapujos, con una voz decidida a no volver a callar y sus explosivas palabras estallan como bombas atómicas en los oídos del que las escucha. Nos narra el dolor de sentirse rechazada por sus padres que se avergüenzan de su libro aunque nunca lo leyeron, y cuenta que las mujeres de Shangai no quieren casarse ni tener hijos, solo quieren vivir.
Y desde la cima de sus montañosos treinta y cortos años, nos lanza frases como piedras que rompen las ventanas cuando le dice al mundo qué es para ella una mujer : “Una mujer es incienso que sólo arde y se consume al hacer el amor”
Yo solo respondo a su voz de ojos rasgados y lejana letanía:..."Amén, asi sea."

Thursday, August 2, 2007

CARTAS A CLAWDIA # 1


DE LA LAPIDACIÓN
Por: Ricardo Bada

Clawdia, amorzinho, una vez más apareció en mi pantalla una petición de solidaridad, esta vez hacia siete mujeres iraníes condenadas a lapidación. Y casi no falta un mes sin que las cadenas de firmas contra la ejecución de la pena de muerte por ese método (literalmente troglodita) dejen de inundar mi buzón virtual, como el tuyo y miles de otros.

Acostumbraba firmarlas, todas, hasta que mi esposa, miembro de amnesty international, me dijo que esas cadenas eran contraproducentes para el trabajo de los juristas y los defensores de derechos humanos, en sus tratativas disuasorias con las autoridades. Eran contraproducentes, entre otras razones, por una de tipo práctico: que las cadenas suelen desbordar la capacidad admisiva de las computadoras a las que se remiten, bloquéandolas y creando consecuentemente un rechazo a tratar el tema, cuando dichas autoridades reciben a los negociadores que trabajan en él.

Entendí el argumento y dejé de firmar, pero el gusanillo de la mala conciencia me estuvo royendo las células grises (las dos, sí, las dos, incluida la que ya pasó su fecha de caducidad), hasta conseguir armar otro argumento que desterrase per omnia saecula saeculorum la pena
de muerte por lapidación, y que al mismo tiempo conciliara las exigencias de la ley musulmana con las obligaciones dimanantes de la convención internacional de los derechos humanos.

Propósito difícil, ya lo sé, Clawdia querida, pero recordé el episodio evangélico de Jesús y la adúltera que iban a lapidar (Juan 8, 3-11), y recordé además que Jesús es uno de los grandes profetas del Islam, cosa que por regla general se olvida, no sólo por los islamistas. Y gracias a
la suma de ambos datos encontré la solución : Sencillamente bastaría con que el Estado en cuestión promulgara una ley, según la cuál todos aquellos que tuviesen el deseo de participar activamente en la ejecución de una sentencia de lapidación, deberían probar de manera fehaciente –¡antes de arrojar su primera piedra!– que se hallan libres de cualquier pecado.

La ley haría especial hincapié en que a los perjuros en esta materia se le aplicaría ipso facto la sentencia de lapidación sin posibilidad de recurso ante ningún tribunal superior, aunque, éso sí, sometiendo también a sus posibles lapidadores al escrutinio previsto por dicha ley. Con lo cual se pondría en marcha una espiral tan presumiblemente interminable, que sólo sería posible detenerla por medio de una inevitable amnistía general.

Entiendo, además, que hasta podría impedirse pronunciar una sola sentencia lapidatoria, bastando para ello que los jueces y jurados, e incluso las supremas instancias jurídicas del Estado, si no del Estado mismo, también tuviesen que probar su absoluta inocencia de todo género de pecados. Con lo endiabladamente complicado –para no decir imposible– que es eso.
¿O es que no conocés en tu país a ningún político corrupto que ande libre y en la más perfecta impunidad?

Y aunque te podés imaginar perfectamente que mi abordaje del tema sería descalificado como superficial por quienes sólo piensan en soluciones grandiosas, dignas del mármol y del bronce,
y hasta es posible que hubiera espíritus puritanos que se escandalizasen porque creyeran que no me tomo en serio un asunto de tan alta explosividad moral, yo no lo descartaría tan fácilmente. Quienes (como vos) sí saben leer, se darán cuenta enseguida de que mi aparente broma es una amarga requisitoria.

Beso tus bellos ojos, y hasta la Victoria (la de Samotracia, claro), siempre.