Tuesday, December 22, 2009

LOS HIJOS INFINITOS

Por: Andrés Eloy Blanco

Cuando se tiene un hijo,

se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera,

se tiene al que cabalga en el cuadril de la mendiga

y al del coche que empuja la institutriz inglesa

y al niño gringo que carga la criolla

y al niño blanco que carga la negra

y al niño indio que carga la india

y al niño negro que carga la tierra.

Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños

que la calle se llena

y la plaza y el puente

y el mercado y la iglesia

y es nuestro cualquier niño cuando cruza la calle

y el coche lo atropella

y cuando se asoma al balcón

y cuando se arrima a la alberca;

y cuando un niño grita, no sabemos

si lo nuestro es el grito o es el niño,

y si le sangran y se queja,

por el momento no sabríamos

si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra.

Cuando se tiene un hijo, es nuestro el niño

que acompaña a la ciega

y las Meninas y la misma enana

y el Príncipe de Francia y su Princesa

y el que tiene San Antonio en los brazos

y el que tiene la Coromoto en las piernas.

Cuando se tiene un hijo, toda risa nos cala,

todo llanto nos crispa, venga de donde venga.

Cuando se tiene un hijo, se tiene el mundo adentro

y el corazón afuera.

Y cuando se tienen dos hijos

se tienen todos los hijos de la tierra,

los millones de hijos con que las tierras lloran,

con que las madres ríen, con que los mundos sueñan,

los que Paul Fort quería con las manos unidas

para que el mundo fuera la canción de una rueda,

los que el Hombre de Estado, que tiene un lindo niño,

quiere con Dios adentro y las tripas afuera,

los que escaparon de Herodes para caer en Hiroshima

entreabiertos los ojos, como los niños de la guerra,

porque basta para que salga toda la luz de un niño

una rendija china o una mirada japonesa.

Cuando se tienen dos hijos

se tiene todo el miedo del planeta,

todo el miedo a los hombres luminosos

que quieren asesinar la luz y arriar las velas

y ensangrentar las pelotas de goma

y zambullir en llanto ferrocarriles de cuerda.

Cuando se tienen dos hijos

se tiene la alegría y el ¡ay! del mundo en dos cabezas,

toda la angustia y toda la esperanza,

la luz y el llanto, a ver cuál es el que nos llega,

si el modo de llorar del universo

el modo de alumbrar de las estrellas.

Saturday, October 24, 2009

DIA 7...

Esta mañana
tus manos son blancos adioses en las alas de las garzas sobre el lago
adioses o bienvenidas...qué serán?
Miro como vuelas duplicado sobre el agua...
mi amor, mi blanco amor de esta mañana.
.
Casi alcanzo a ver la curva de tu espalda
semejar un escudo delante de mí sobre la cama,
de qué me separas?
de qué me proteges?
de quién me escondes?
a quién no me dejas ver?
la miro de nuevo y ahora es una montaña
quiero escalarte para ver tu otro lado
remontarte feliz, y victoriosa conquistar tu cima
dejarme caer en tus precipicios
para reiniciar maltrecha nuevamente tus secretos senderos.

Mi montaña lejana cubierta de bruma
no descansaré hasta clavar mi ondeante orgullo, allá,
en esa parte tuya, más alta
donde te pareces al cielo.

Tuesday, October 6, 2009

ZAMBA PARA DECIRLE ADIOS A TU FALDA....

A MERCEDES SOSA
Por: MARTA SEPULVEDA
Hoy vengo a decirte cuanto te me dueles....
porque fue tu voz rayo divisorio entre la Marta dormida y la despierta.
Porque te tragaste todos los truenos para pedirle a Dios que nada nos fuera indiferente y El te escucho negra preciosa.
Porque contigo aprendi a no temerle al miedo, a tocarle tu valiente tamborcito a la cobardia para que tarareara su ruidosa estupidez bien lejos de mi.
Tu falda alcanzo de puro ancha a superar el tiempo y el espacio para cobijarme desde tu argentina distancia. Este Domingo da lastima sabes? Es un festivo sin fiesta, sin motivo para celebrar, aunque tantas veces cantaste adioses que daban ganas de vivir...quiza porque no eran el tuyo.
Ahora cantas en la punta de la larga fila de exiliados que vuelven a su verdadera patria, como me hubiera gustado ir a tu lado encabezando la magia. Parte entonces con esa soledad acompanada que siempre estuvo contigo y nos dejaste de herencia, con el cuero asombrado y ronca de aplausos.
Vuela pues pesada mariposa, sal por la puerta grande de este mundo incomprensible sin mirar atras, no te haremos una estatua porque no cabrias...eres mito, leyenda adornada con poncho de colores inolvidables.
Si no creyera en lo que me cantaste a gritos a los quince anos, en lo que me repetiste mil veces con tu musica, en mi camino, en mi sonido, en mi silencio amiga, que cosa fuera yo mas que ese amasijo de cuerdas y tendones, un pedazo de carne ignorante y sin proposito. Pero no soy porque le crei a tu voz y te lo agradezco. Juro susurrarte emocionada con tus erres laaargas e inconfundibles, sobre la cuna de mis nietos cuando nazcan.
Mientras eso sucede, cantame tu nana negrita de mi alma, cantale a esta nina grande otra vez, tu caracola cancion que cuenta mis tristes amores hundidos en el mar. Yo prometo dormirme dando gracias a la vida por haber existido cuando tu exististe, porque existimos juntas en el tiempo de las cigarras, cuando creimos regresar vivas de todas las guerras.

Sunday, March 15, 2009

AY, LAS MUJERES.

Por: SANTIAGO GAMBOA
Escritor Colombiano

Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta y pico, algunas más... y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.

Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa…
Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.

Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan…. Herederas de la “revolución sexual” de la década de los 6O y de las corrientes feministas, otras con resabios de esas épocas.... que sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.
Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar que le cantaron unas cuantas verdades!, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja.

Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéter de lana y perdieron su parecido con María, la virgen, en una noche loca de viernes o sábado después de bailar.
Hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo. Aquí hay algunas razones de por qué una mujer de más de 40 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte…. “Qué estás pensando?” No le interesa lo que estás pensando!!!

Si una mujer de más de 40 no quiere mirar un partido de fútbol, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 40, se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere, y de con quién lo quiere.
Son muy pocas las mujeres de más de 40 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 40, tiene cubierta su cuota de relaciones “importantes” y “compromisos”. Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo.

Las mujeres de más de 40 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Solo una mujer más joven e inmadura puede llegar a ignorar a su mejor amiga.
Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 40 y por múltiples razones.
Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 40,50 o más, inteligente, divertida y sexy hay un hombre con casi o más de 50… pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años.

¡¡Señoras….. les pido perdón por ello….!!!

Sunday, January 11, 2009

EL SECUESTRO: LA ULTIMA DEGRADACIÓN


Ha llegado a tal grado la situación del narcoterrosismo en Mexico, que me recuerda los peores días de Colombia en los tiempos de Pablo y Rodriguez Gacha, la guerra entre carteles, las riñas entre clanes y la pezca milagrosa que supieron aprovechar paramilitares y delincuentes comunes en semejante rio revuelto y sangriento.

Cuentan las noticias recientes, que ha llegado a tal el descaro de los mafiosos y asesinos, que en estos días fueron secuestrados cuatro indígenas en las cercanías de Veracruz. Las cámaras mostraron a los familiares en sus casas con pisos de tierra y techos de zinc, gentecita más pobre que los ratones a los cuales les pidieron la escandalosa suma de 200.000 dólares “si es que querían volver a verlos vivos”.
Con esa fe que solo da la vida del que no ha tenido nunca nada y por lo tanto no tiene nada que perder, las familias se dieron a la tarea de realizar una colecta comunitaria con la que lograron reunir como gran cosa $1.000 dólares, que sin demora hicieron llegar a los captores.

Y como seguro sabían que dicha suma no le iba a servir a los miserables ni para taparles el hueco de una muela, convinieron que era mejor no descartar la influencia de las autoridades divinas -bastante ausentes del panorama del pueblo por los últimos días-, pero que no por eso debían despreciarse, pues bien es sabido que lo ultimo que se pierde en esta vida es la esperanza; y si el indio Juan Diego fue tan berraco de conseguir rosas rojas en invierno por la purita gracia de la virgencita de Guadalupe, pues quien dijo que no era posible rescatar estos indígenas por las mismas milagrosas intenciones de la doñita, que debe estar allá arriba haciendo un lobby que da miedo para sacar a su querido Mexico de semejante situación tan dolorosa.

Así se organizaron rosarios y misas de intención por la vida de los desgraciados que tan en mala hora se atravesaron en el camino de los malandros, en el lugar y a la hora incorrecta. Corrieron camándulas, oraciones desempolvadas de los misales y cantos de alabanza. Se prendieron velas, muchas velas para llamar la atención de los atareados santos que por estos tiempos tienen tanto trabajo. Se dejó quemar una doble ración de incienso, para que su oloroso mensaje llegara a las narices de los arcángeles benditos a ver si ayudaban con un empujoncito en el más allá y la cosa se resolvía mas rápido en el más acá.

Todo salió bien por esta vez, dos semanas más tarde, aparecieron cojeando por el camino central de la plaza los desvencijados indígenas. Vaya usted a saber cual de todos los remedios sirvió más en este caso: Si los desvalorizados mil dólares porque tal como están las cosas, mil dólares en medio del monte resuelven un par de urgencias, o las recomendaciones celestiales que ablandaron el miserable corazón de piedra de estos vándalos que ya no respetan ni siquiera la pobreza, con tal de conseguir sus torcidos objetivos.

Por hoy es una historia triste con final felíz...algo inspirador en medio de tanta masacre. Allá quedaron los habitantes de esta veredita, asando un lechón que alguien donó para agradecerle a la virgen que todavia acostumbra concedernos uno que otro milagrito.

Thursday, January 8, 2009

UN PATIO, UN AZUL, UN DICIEMBRE...

Por: CRISTO GARCIA TAPIA
Poeta, escritor y periodista.
Sincelejo, Sucre, Colombia

Alguien en este mundo me debe un azul y yo le debo un patio. Un azul de luz correteando el aire de Diciembre.

Y un patio profundo de astromelias y de noche poblado por luciérnagas y diminutas aves.

Quien quiera que haya dejado en mi olvidado aquel azul, yo lo guardo entre las más secretas rendijas de la infancia; entre mis párpados recién abiertos a los enigmas de la tiniebla y el sueño.

Aquí mis ojos esperan por el azul; aquí mi patio por los pasos del caminante como una epifanía de pájaros y nubes; como canto y luz que no se extinguen; crepúsculos y lluvias que no cesan.

Si nadie lo ha olvidado en mí, yo devuelvo a todos este azul que delata mis nostalgias y me lleva otra vez por los senderos de un tiempo que se resiste a sucumbir al tiempo; por el espejo que nos devuelve un rostro parecido a nosotros.

De alguien escondiéndose del sol entre aquel patio que crece en la memoria y espera por alguien; tal vez por uno mismo; tal vez por un ausente que nunca respirará el olor de pesadumbre de los ciruelos y los tamarindos.

Yo voy por ese azul, por aquel patio; por las ráfagas de viento que vienen de un invierno recién caído; por las virutas de un verano que nunca acaba de pasar y se esconde entre antiguas tinajeras fraguadas por las manos de una bisabuela cuando apenas el barro había engendrado a Adán.

En el rescoldo de un fogón de leña de este patio que por alguien espera calentaba mamá la esperanza, multiplicaba con sus manos blancas el pan del alba, correteábamos cándidos los duros días por venir.

Ahí, en medio del breve jardín de mamá y los aparejos de papá recién muerto, fuimos monarcas del reino de las fantasías y el candor; príncipes azules de la imaginación; barqueros que surcaban las aguas conocidas hasta entonces y volvían exhaustos de travesías alrededor de si mismos.

Desde el quicio de la casa que alberga ese patio entrañable, vi llegar la noche con sus legiones de estrellas y luceros; vi por días incontables asomarse gigantes y esplendorosas las primeras lunas de la epifanía; unas tras otras las lluvias que después fueron largos, rotundos inviernos.

Me vi, desde aquella angosta puerta que se levantaba sobre el quicio y que hoy recuerdo como una larga ventana que daba contra el cielo presentido de azul, atravesar infinitos corredores que igual iban a dar al infierno y la gloria.

Ahora que me busco en la memoria ya no soy. Otro es el que corretea por las aceras y juguetea con los copos blancos del árbol de majagua. Otro el huérfano de luz de aquellas lluvias de atardeceres prematuros.

En el fondo del patio, entre los ciruelos y el tamarindo, papá me hace señas y sonríe.

Otra vez Diciembre.

Hay un cielo de azul pintado. Un patio de astromelias, heliotropos y lluvias rojas.

Unas manos blancas en el rescoldo de un fogón de leña calentando la esperanza.

Todo vuelve en este instante: la cena interrumpida, la luz apagada, las ausencias.


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