Monday, October 27, 2008

ESCRIBIR PARA VIVIR



ESCRIBIR PARA VIVIR
EN ENVIGADO O EN CUALQUIER OTRA PARTE DEL MUNDO


“Cuando emprendas el viaje de la escritura y mires hacia lo lejano, ruega que tu camino sea largo y rico en aventuras y descubrimientos. Muchas sean las mañanas de verano y esplendor, cuando con placer llegues a imaginadas esquinas que descubras por primera vez. Cuídate sólo de las arduas vigas, públicas, funcionarias de rancio abolengo administrativo, que se cruzarán en tu transitar, pero no apresures el viaje a pesar de todo, es mejor que dure. Es mejor amarrar conquistas para cuando estés viejo, y no haya mucho por qué luchar, mucho tampoco por decir”...

Así decíamos por estas tierras hace mucho tiempo ya. Porque escribir en estas calles, este jardín señorial -tierra imperiosa del sur- no vale mucho, ni valdrá, si uno no se llama..., o es amigo de..., en términos del reconocimiento y proyección al que tiene derecho, al que debería tener derecho un escritor, cuando se reconoce su genio, su idoneidad para florecer las praderas del arte, y se conoce de vieja y verdadera data su entrega a las energúmenas y silenciosas marchas verbales de Sísifo en las que se ven los escritores, escuálidos e invisibles gestores de cultura, sin bastón donde apoyar su milenario cansancio..., han dicho ya varones ilustres, y de seguir la cosa así, continuaremos en la misma escalera ruinosa y cicatera con la cultura, amén.

Esto lo sabemos ahora, pero desde ha mucho lo intuíamos sin querer reconocerlo porque confiábamos, apoyados en la furia y el fervor de nuestro entusiasmo, que cambiaríamos y resolveríamos cualquier inconveniente que se presentara en nuestra escalera literaria de ascendente e inclaudicable caracol, andando el tiempo, metidos de lleno en las escaramuzas verbales de la escritura con la que ingresaríamos sin duda a la gran pradera intelectual de esta tierra de acomodos y emblemas.

“El valle de las vigas, ha cambiado mucho, fijaos bien dónde ponéis cada vocablo” -nos decían con orgullo, en la mirada ese gesto de aceptación de lo inmodificable- los viejos escritores -que por supuesto ya no existen-, “y nosotros vamos a cambiarlo más”, augurábamos gozosos, convencidos de nuestras briosas alas de imaginativa ascendencia y proyección. Pero no ha sido así. La dura cerviz de la tradición –señalada antaño con clara voz y diferente mirada por el rudo cabezón e infiel- es bien dura de mellar siquiera cuando en el músculo que la sostiene, vibra campeadora la inaceptable manera de administraciones culturales cegadas por su inoperancia, su ignorancia y la terquedad, también hay que decirlo, de quien no participa –nos referimos a los escritores mismos- en el planteamiento de los destinos intelectivos de la comunidad pero luego deplora a los cuatro vientos no ser tenido en cuenta. Hay que trabajar para vislumbrar nuevas posibilidades, se sabe a estas alturas transitadas de la modernidad democrática.

Se ha sabido de emprendedores e invisibles escritores –seres tan tozudos no tienen par- que dedicados a labrar la montaña literaria de la noble ciudad de las ceibas han perseverado en tamaña empresa más de 30 largos años, sin que hasta el momento les hayan reconocido con honores -habida cuenta pues de su valía, que si no ni pío como dicen los críticos- un ápice de su ingente labor.

A los poetas esto no les interesa ni un poquito, por supuesto, porque no viven ni vivirán de escribir versos ni para esa esperanza; la cultura son sólo ellos mismos y nadie más; la administración de la cultura y sus caminos no es un referente a considerar desde su cándida parcela de sonetos, eso sería venderse, escriben en soledad y para la soledad; la poesía es sublime, dicen, y no quieren conocer, desconociendo desde luego, del nunca bien cubierto o satisfactorio trabajo cultural de proyectar hacia la comunidad la literatura en aras de ensanchar los predios mentales de los demás pobladores de este placentero valle de lágrimas en el que se debaten los creadores de explanadas verbales.

Nadie puede llamarse a engaño porque los escritores de literatura, los poetas por ejemplo, a pesar de su glorioso humanismo por encima de los males que al vulgo aquejan, han padecido y padecen el ostracismo y el ser considerados peña verbal sin importancia muchas veces, cuando rechazan sin mayor fórmula reflexiva su participación, necesaria por demás, en los procesos organizativos de los derroteros a seguir, de las puertas por abrir, en cuanto a la proyección literaria para bien de los escritores por venir y de los escritores ya conocidos por su labor silenciosa y pujante, a fin de que sea tenida en cuenta la palabra, sentida la palabra, su palabra, en el enclave cultural comunitario. Actuando así, como hasta ahora, nadie los conocerá ni reconocerá ni escuchará como debe ser, con respeto y admiración, lo cual redundaría, de suceder, si no lo saben aquí lo decimos, en el florecimiento del tan preciado bien de lo educativo cultural que forma verdaderos habitantes cultos, sensibles, conocedores de su riqueza literaria.

Así las cosas, como dicen las abuelas, apague mijo y vámonos, que para plañir mañana es otro día.

Pero mañana será otro día, decimos nosotros también -los que abrimos ventana al viento augural de la palabra para decir su mundo, para cantar su canción- porque las, por ahora suaves, trompetas de la proyección cultural y literaria están cambiando, han de cambiar, habrá de verse… Abrid el oído camaradas del flamígero verbo. Más temprano que tarde lo veremos. Así sea. Aguzad y agitad vuestra pluma campeones de la palabra y el buen decir de la vida. Estad prestos y atentos sufridos e ignorados escritores de estas recias y reacias calles amadas que día tras día os retan y sepultan.

EDGAR TREJOS

Wednesday, October 15, 2008

PARA CONSTRUIR UN DILUVIO


Por: MARTA SEPULVEDA

Para construir un diluvio podrías comenzar por pedir prestada esta lluvia que aún no termina de caer desde los techos. Tomar a escondidas la humedad dormida sobre los árboles y las tímidas gotas que sudan en la frente de todas las ventanas de esta frenética ciudad.

Podrías recoger un poco del rocío que juega a deslizarse feliz sobre la rosa, en el único jardín elegante del barrio y otro tanto que viene desde una playa solitaria, que hace muchas noches dejó de figurar en los mapas porque la luna ya no la visita.
Podrías detenerte en una esquina mágica a esperar los huracanes que llevan mi nombre o las tormentas tropicales que aún no conoces y se debaten en el verde indeciso de un par de ojos en los que no te has mirado.

Te convendría preparar un cántaro para guardar el sudor que humea sobre los cuerpos, después de la pasión que todavía no aprendes y que pese a eso, ya no olvidas en tus sueños.

Podría sugerirte tambien comprar pañuelos.
Muchos pañuelos blancos para celebrar adioses y reencuentros.
Quizá hagan falta para contener las lágrimas con las que habrás de llorarme y reirme cuando me conozcas, para atrapar el aire de todos los suspiros que nazcan en tu pecho como pequeños tsunamis al pensarme y luego, al recordar lo que fuimos despues de habernos despedido.

Para constuir un diluvio mi tierno y desconocido amor , solo basta invocar el amor, el dulce amor y sus naufrágios, que es lo mismo que pedirle a Dios un barquito de papel para cruzar el océano, igual a dibujar en el horizonte una gran arca donde guardar todo lo bueno que nos espera al encontrarnos, donde no zozobren los días sin vivirlos, donde no mueras tú de tedio y yo de olvido.

Friday, October 10, 2008

EL NOBEL PARA BENEDICTO

Por: EDUARDO GONZALEZ VIAÑA

La señora Palin aspira a la vicepresidencia de Estados Unidos. Asegura que su fuerte es la política internacional porque Alaska, su estado natal, está frente a Rusia.
Los obispos católicos del mismo país hacen campaña por John McCain quien, según ellos, defiende la vida, aunque proclame la perpetuidad de la guerra en Irak. Con el mismo argumento, hace cuatro años le dieron el triunfo a George Bush cuya bestialidad ya había causado montañas de cadáveres.
El otrora próspero Pakistán acaba de llegar, según informa su presidente Ali Asif Zardari, al borde del caos. La dictadura de Pervez Musharraf y la necedad del Pentágono están entregando en manos de los bestiales extremistas religiosos un apocalíptico arsenal de armas nucleares.Mrs. Palin es enfática en su estupidez. La estupidez de los obispos es solemne. La del Sr. Bush es concienzuda. La risa que estos personajes nos provocan nos hace olvidar uno de los momentos más graves de la historia.
Por eso, la primera idea que tengo es que todos ellos merecen el Nobel de la Paz.Conozco, sin embargo, a una persona que de verdad lo merece y que tal vez no lo recibirá. Para uso de los reporteros, puedo darles su ubicación exacta. En el momento en que ustedes me leen, Benedicto García asciende penosamente la cumbre de una montaña de Tijuana próxima a la frontera de México con los Estados Unidos. Dentro de algunas horas llegará a la zona más peligrosa plagada de cruces dedicadas a difuntos no identificados. Por fin, llegará al muro que está edificando el gobierno…. y, de un salto, pasará al otro lado.
Benedicto ha vivido veinte años en los Estados Unidos. Lo han echado varias veces, pero ha regresado como lo está haciendo ahora. Durante la mayor parte de este tiempo, fue peón agrícola y su trabajo, al igual que el de otros millones de mexicanos es tan mal pagado que ha producido una de las canastas de alimentos más baratas del mundo.Benedicto paga puntualmente sus impuestos aunque tenga un número falso de seguro social. Al final del primer año que trabajó en esas condiciones, la entidad recaudadora le envió un número “transitorio” para que pueda continuar pagando, aunque por cierto, no recibirá jamás, en compensación, las contrapartidas del seguro contra el desempleo o la jubilación.
Benedicto García vive con la cuarta parte del dinero que recibe. El resto lo envía a su madre viuda, a su hermana que es madre soltera y a sus hermanos menores para que terminen sus estudios. Hace diez años se unió en Oregon con una joven mexicana que tenía papeles, pero a él lo echaron tantas veces que la unión dejó de funcionar.En febrero de este año, cuando creía haber hallado en otra muchacha el amor de su vida, el demócrata gobernador del estado canceló la licencia de conducir de todos los “ilegales” quienes, en consecuencia, quedaron en la condición de nonatos. Sin ese documento, no tan sólo no se puede manejar, tampoco se puede acreditar existencia, ni casarse, ni trabajar, ni caminar seguro hasta la esquina. Fue esa vez la vez en que una patrulla le echó guante en una redada que hicieron en su centro de trabajo.
Esta noche, sin embargo, Benedicto está feliz. Bajando el cerro, ve las luces de San Diego, y sabe que otra vez, podrá trabajar, enviar dinero a casa, abaratar la existencia de los otros pobres como él, poner en las noches la radio mexicana, emocionarse ante un corrido y pensar a la chica que verá este fin de semana. No importa lo que pase después.Propongo a Benedicto García para el Premio Nobel de la Paz. Sus pasos por el cerro de Tijuana y su contagiosa alegría son la mejor constancia de que los seres humanos somos cuerpos y espíritus colmados de amor.Me desdigo. Mejor que ese premio se lo den a la señora Palin, a los obispos o al presidente Bush.
La estupidez es tan infinita como el universo, pero más ostensible y televisiva. Benedicto yo nos contentaríamos con que a él le permitieran ser un hombre y le dieran una visa legal de trabajo.

Monday, October 6, 2008

HOMBRES DE PALABRA

Hombres de Palabra, es el título de una de las obras escritor bogotano Ignacio Ramírez recientemente fallecido, servirá de inspiración para un homenaje de los escritores colombianos en Miami este otoño. Publicada en 1989 junto con textos de Olga Cristina Turriago como una declaración de amor a la literatura, Hombres de Palabra es una obra que rescata y exalta el valor de la palabra escrita, y en la que sus autores elogian el sacrificio y la persistencia de los escritores colombianos y su gran batalla por expresar su visión particular del mundo con la materia prima del verbo.

Participan en el evento Armando Caicedo, autor de la novela "Que viva el obispo carajo"; Enrique Córdoba, comunicador, autor de "Mil historias y una mujer"; José Díaz Díaz, poeta y novelista, autor de "El último romántico", Janiel H. Pemberty, autor de "Fuga en sol menor para cuarteto imperfecto y otros cuentos", y John Jairo Palomino, autor del poemario "Memorias del Paraíso". Los escritores y poetas participantes hablarán de la importancia de la obra literaria y el legado cultural del desaparecido autor y darán a conocer sus obras. Es este uno de los muchos eventos que quiso realizar Ignacio Ramírez en la ciudad de Miami en asocio con la Fundacion Memoria Cultural, en su incursión por tierras estadounidenses. La presentación del evento estará a cargo de la poeta colombiana Marta Sepúlveda y la actriz Gladys Yánez leerá textos del escritor homenajeado.
Lugar: Consulado de Colombia en Miami
Hora: 8 PM
Fecha: Viernes 10 de Octubre de 2.008
Entrada Libre