Tuesday, May 27, 2008

A LA VIRGEN TAMBIEN SE LA TRAGÓ EL RÍO

Imagínese, el tiempo se regresó y estamos en las mismas. Hace quince años yo tenía los pelaos pequeños, llegaban por las tardes de la escuela y armaban una trifulca del demonio con una pelota de trapo. No había quién los entrara en las noches a pesar de lo oscuro, pues no teníamos alumbrado ni antes ni ahora.

Y de repente se nos vino el invierno, el río se puso agrio, mugía como un toro bravo desde arriba, vomitaba maleza, piedras y porquerías. Se nos vino encima esa noche quel Yonatan andaba por fuera y nosotros solos, abandonados a la voluntad de las piedras que bajaban, de la gente que bajaba con la corriente y gritaba pataliando pá no ahogarse, pero cada vez que abrían la boca se les llenaba de mierda.

Yo saqué lo que pude, una muda de ropa pál chino y más que fuera un biberón, el resto se quedó allá flotando en la casa. Lo más que me duele es la medallita de "la milagrosa" que me regaló mi mamá antes de morir. Me dijo mija, póngasela los domingos pá misa y los días que tenga problemas con el Yonatan, esta virgen es de las importantes y si le reza, de seguro le hace el milagrito. Qué va, allá quedó guindada de la cabecera de la cama, a ella también se la tragó el río.

Cuando eso yo no tuve más remédio que volver a los días, y limpiar todo ese tiradero o mejor dicho, lo que quedó de la casa. Y digo que era esa, porque reconocimos la bandera de Colombia toda puerca pegada en el poste de la luz de enfrente y el atado de sábila pá la buena suerte que colgaba del pedazo de portón de la casa. Hace quince años no teníamos pá donde coger y ahora tampoco.

Esta vez por lo menos los pelaos son grandes y ayudan, sacan escombros, traen agua, se meten hastal ombligo entrel barro y recobran una que otra cosa que nos pueda servir. Porque nos toca volver, no nos queda más remedio, no tenemos a dónde ir, ojalá dentro de unos años no nos agarre este asunto a mi marido y a mí solos, porque ahí sí que nos traga el río aunque yo siga rezando.


(A raíz de la ola invernal en Colombia/ 28 Mayo 2008)

Thursday, May 22, 2008

QUIERO UN ORDENADOR DE LAS FARC (Como el de Raúl Reyes)

Ayer entré a una tienda informática en el centro de Barcelona y pregunté por el precio de “un ordenador como el de Raúl Reyes”.
- ¿Y ése quién es?, me preguntó la dependienta con cara de asombro y acento catalán.
- ¿Cómo que quién? El jefe guerrillero ése, al que mataron por allá en la frontera 'colombo-palestina'. Fue un bombardeo de padre y señor mío. Arrasaron con media selva y su ordenador quedó intacto.
Saqué un recorte de periódico que guardo con esmero en mi billetera, lo desdoblé con sumo cuidado y comencé a leer con el ritmo de un locutor de radio caribeño venido a menos: “Se usaron 10 bombas GBU 12 Paveway II de 500 libras, que dejaron cráteres de 2,40 metros dediámetro por 1,80 metros de profundidad. El explosivo de esta bomba puede ser guiado por láser, GPS o tecnología intersensorial (INS). Esta bomba fue muy usada durante la Operación Tormenta del Desierto, en Irak. La mayoría de las bombas cayó en el área de dormitorios y de adoctrinamiento del campamento. Se encontraron vainillas de proyectiles 0,50 disparadas por ametralladoras emplazadas en helicópteros”.
Doblé mi recorte, lo introduje nuevamente en la billetera y le dije, después de todo eso, el ordenador no sólo quedó intacto sino que han encontrado enteritos, los archivos de Mis documentos, la Papelera de reciclaje, de Correos enviados, de Mis sitios de red, Mis conversaciones con Hugo, Mis préstamos a Correa.... ¿Qué tiene un guerrillero que no tenga yo?
La mujer comenzó a ponerse nerviosa ¿Por qué un ordenador mío, si se estrella contra el suelo, estará fundido para siempre? ¿O si le caen tres gotas de cerveza en el teclado ya perderá todos los archivos? Yo quiero un ordenador como el de Raúl Reyes, pague lo que tenga pagar.
La mujer, que ya no sólo no creía sino que no entendía ni jota de lo que le iba diciendo, me sonrió con su falsa sonrisa de vendedora frustrada, levantó la mirada sobre mi hombro y dijo con su voz lapidaria.
El siguiente, por favor.
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Escrito por Felipe Villa de la Torre al cual mando un fraternal abrazo.
Tomado del blog "MODESTpa" del periódico El País de España, con autorización de su autor:

Sunday, May 18, 2008

UN VIAJE AL CIELO

Por: Juan David Orjuela

Un día me llamó un amigo muy viejo, pues después de la suspensión de la universidad casi todos son viejos. Se me hizo raro por que mi celular ya no suena si no para la rutina de todos los días, hace rato no hay llamadas que me interesen, a veces quiero votar ese hijueputa celular.

Me dijo que me fuera con el para el nevado del Cocuy otra vez, que ahora si íbamos con toda. Yo sabia que si me iba me iba a sufrir. El Cocuy es una montaña para sufrir pero también para crecer interiormente. De una le dije que si, por que yo a todo le digo que si, así sea para quedar como un culo.

Antes de irme estuve pensando en qué otro plan había para semana santa: Villa de Leiva, pero era llegar a emborracharse a volverse loco en un pueblo rodeado de droga y ladrones. Faltando un día hubo pelea en mi casa por que mi hermano va mal en el colegio y como siempre los problemas terminan en Juan David, bueno es parte de mi castigo, pero en ese momento me decidí, me voy para el Cocuy.

Un lugar donde la primera vez casi me matan Yo le echo la culpa al instinto de madre que es una mierda. Ese mismo día decidí no levantarme ni si quiera a orinar por que sabía que después no iba a poder descansar. Al levantarme me sentí súper raro, chiquito, me despedí de mis papás y salí de mi casa y vi el mundo como un monstruo. Yo que me la paso por la calle no entendía por que tenia miedo, me dieron ganas de ver a mis papas a mi hermano, me sentía solo.

Llegamos al terminal en un taxi donde el taxista era un hampón, se había cambiado al turno de día por que una vez por la noche lo apuñalaron en la cabeza. La gente nos preguntaba que para donde íbamos, y cuando les decíamos se reían, pero era una risa maligna, perversa, casi diabólica. Hasta me daba mal genio, por lo menos nosotros teníamos las guevas. Pero estaba asustado, un amigo se quería echar un porro, pero como en el terminal hay tanto policía, tocó salir, y cuando estábamos medio alejados, un amigo vio unos ladrones, los ladrones mas obvios, esperando a ver quién pasa por ahí. Entonces nos devolvimos y uno nos alcanzó a gritar “oe parcero hágame un favor, venga” yo de una le dije no con la mano.

Finalmente nos metimos al bus, mucha gente que iba para el Cocuy puros viajeros como nosotros, sin un peso pero mas drogadictos, me asusté, jueputa por qué no me quedé en mi casa, yo no encajo acá . Viajamos toda la noche, sin poder dormir, 12 horas y cuando uno estaba medio dormido requisa, el ejercito a requisar, cedula y nombre... llegamos al pueblo del Cocuy, un carro nos subió hasta donde se acaba la carretera, más o menos a los 3.300 mts, eran las 6 am y decidimos caminar, llevábamos mercado para 6 días, íbamos súper pesados, súper pesados ahh pero qué paisajes, eso era lo mejor.
La intriga de que había detrás de cada montaña un nuevo paisaje totalmente diferente, un valle, un boquerón, un desierto, abismos , etc. Caminamos, como ningún otro día, me acostumbré a ver las maletas de mis amigos a leer las marcas de sus sleepings y a verlos moverse como camellos con un sol engañoso, muy leve pero nos quemó a todos.

Me acostumbré a ver como paraba mi amigo con el que cambiábamos la posición de 1ro a 2do, se detenía y se paraba en un pie para dejar descansar el otro y ponerse las manos en la cintura, y a mirar hacia arriba con ese sudor en la cara y después continuar. Se le veía la actitud, por que una cosa, lo único que lo salva a uno de esa montaña es la actitud, nada más. Caminamos hasta las 4pm cuando el viento se puso pesado y empezó a perderse el sol, el sol que es tan deseado en esa montaña. Cuando el sol lo toca a uno es como meterse a la ducha con agua caliente después de estar desnudo afuera con frío, es un descanso total, como después de ir al gimnasio botarse en la cama y ese dolorcito de cuando uno esta molido que a veces es hasta rico.

Acampamos al lado de un riachuelo, con un puentecito de 3m por 1m. Habíamos caminado mucho y los hombros los teníamos desgarrados, al moverlos nos sonaba todo. Cocinamos, éramos como gamincitos alrededor del fogón, entonces me puse a mirar como caía la noche. Ya era casi oscuro y estábamos rodeados de puras montañas. Y mirando el mapa vuelto mierda por el viento, me di cuenta de que estábamos en una de las esquinas del Cocuy. La esquina de arriba a la derecha, por que como es una sierra hay varios picos. Había muchas rutas que no nos servían, pues no teníamos grampones, ni equipo de nieve, ni arneses. Me acordé del guardabosques cuando me dijo “si se pierden siempre echen hacia la montaña, siempre”, por que si uno llega al otro lado del Cocuy, a los llanos orientales, un nombre que me sonó muy imponente y el tipo nos dijo “en los llanos, no sobreviven” es un bosque gigante virgen y es más probable encontrar civilización en la montaña que en los llanos. Esa noche no dormí, de 6pm a 6am en una carpa sin sueño y con una claustrofobia impresionante pero sin perder la actitud.

Estaba en la mierda del mundo, lejos de mi casa, solo solo , en los viajes que yo he hecho, no me había sentido tan solo y tan lejos, más lejos que en cualquier otro viaje. Al otro día con mal genio por no dormir pasó una mula con un enfermo, tiene soroche decía el tipo, el mal de alturas que llaman, al rato pasó otra mula de afán, ....dónde esta el enfermo!! No acá no es, hay un enfermo con edema!! Jueputa que miedo, la montaña no es cualquier viajecito como de irse a joder, es una cosa muy seria y a nosotros que todavía nos faltaba harto por subir apenas estábamos a los 3.900 mts.

Al otro día, el reto era llegar a la laguna de la plaza. Que laguna tan impresionante, reflejaba todos los nevados, yo no sé por qué pero esos paisajes me causaban felicidad, como la película de Alexander que el tipo viaja por todo el mundo en busca de su felicidad, me causaba intriga también saber que hay detrás de cada montaña. Y mi amigo tenia mucha razón, las cosas mas chéveres están donde el hombre no ha pisado.

Ver el amanecer no tiene precio. Me sentía único al ver todo lo que mucha gente no ha visto nunca. O que piensa que yéndose para el exterior lo encuentra, obviamente mi música no podía faltar, era parte del paseo y era parte de la fantasía, de la magia.

Al amanecer miré el mapa y me puse a pensar que si me asomaba a esa montaña, por ahí iba a ver los llanos, entonces me fui con mis 2 amigos. Ellos con ganas de tocar la nieve y yo con ganas de ver el otro lado. Subí y subí y los veía a ellos allá pequeñitos Y subí y subí, hasta hacer parte de la nube y perderlos totalmente. Ya me sentía bruto por la altura, en ese momento no me importó perderme, sólo quería seguir subiendo como niño chiquito, con esas ganas de ver al otro lado, con esas ansias que tiene un niño al subir las escaleras de un rodadero, pero perdí el sentido de la perspectiva, lo que me parecía corto estaba muy lejos. Ya sabía que estaba perdido y solo en la montaña. Pero estaba subiendo eso si no hay duda y dando zancadas para no perder tiempo. Llegué, pero no miré de una al otro lado, me quedé un ratico en el borde sin asomarme, entonces noté que estaba muy contento, muy muy contento, agitado pero feliz.

El viento soplaba en forma (5.000 mts) cogí una piedra y la lancé al otro lado no se oyó nada, alcé la mano y la asomé al vació y empecé a tocar la gran roca que me sostenía y me di cuenta que era yo en una roca gigante que tenía forma de ola y yo estaba en la punta de la ola mandando la mano y no tocaba nada, hasta que toqué la roca y era delgadita, la distancia que separaba mi pecho del vació era una roca delgadita me asusté y entonces me asomé a ver si mi imaginación me estaba engañando y de repente veo la cosa mas impresionante que e visto, me sentía como cuando por primera vez vi el mar, los llanos orientales vistos desde muy alto, una planicie impresionante con un rió como una culebra que se perdían al fondo al fondo, por que ya mis ojos no daban para mas!

Es un humanito asomándose por una esquinita de la montaña para ver el otro lado. Después de mirar atrás y ver esas montañas tan impresionantes, tan pendientes, tan desafiantes, y más allá ver todo lo contrario: Un llano que me hacía sentir como paz, no sé por que diablos me entró el susto y me volví a meter, pero dije, no jueputa yo me tengo que asomar otra vez, y me asomé y no vi nada. Cayó la neblina, casi no me podía ver ni las manos.

Bajé súper contento, pensé que ya había logrado lo que quería. Ya me podía ir del Cocuy, bajé hasta la nieve donde me encontré con mis amigos jugando como niños chiquitos, vi cosas muy chéveres, yo pienso que el mejor diseño es el de la naturaleza, las cuevas de nieve, unas formas súper raras congeladas y la nieve por debajo tenia un azul neón muy muy bonito como el cielo que después se convertía en blanco, como un mar congelado, figuras en forma de olas enroscadas, estalactitas de agua congelada y una cueva de hielo que por debajo le pasaba un rió chiquito y hacia una pequeña cascada. Ese día me sentí privilegiado de saber que hay mucha gente que paga para conocer cosas bonitas impactantes, pero en el Cocuy no vale la plata, el Cocuy deja pasar al que quiere, al que no se asusta y al que se acostumbra a comer mierda.

“Dicen que Dios a veces perdona a los hombres, la naturaleza nunca”

Sierra Nevada del Cocuy
23 de Marzo del 2005

Sunday, May 11, 2008

PLEGARIA

Madre,
mi perro amaneció muerto y nadie me explicó porqué
mi pueblo es un montón de escombros
y mi ángel de la guarda
quedó pegado en la pared de la alcoba que ya no existe

Porqué todos están callados?
A quién puedo preguntarle por los dias que perdimos
por los surcos que ya no sembraremos
por la escuela
por las palomas que espantadas se fueron de la ceiba

Madre,
tengo un miedo nuevo en el pecho
una rabia sorda en los oídos
una queja muda en la boca
una pregunta sin respuesta en las manos

Enséñame una forma segura de escapar a la tortura de tus ojos vacíos
júrame que tu amor no saltará en pedazos como nuestra casa anoche
cántame antes de dormir una canción con futuro
regálame un motivo para no querer vengarme cuando sea hombre