Muchas cosas no cambian, en 1961 el artista Pier Manzoni tras haber fracasado con la venta de sus cuadros en su mas reciente exposición, expresó: "Estos imbéciles burgueses Milaneses, solo quieren mierda" Y así fue como, harto del figurativismo, de la burocracia del arte y de lo que tenia que pintar para vender y sobrevivir, decidió presentar su ultima creación: 30 gramos de su propia mierda, enlatada y debidamente etiquetada con el famoso letrero "Merde d' Artiste". De dicha producción, se vendieron a toda velocidad, 90 envases, la mayoría de los cuales, reposan hoy con su precioso contenido en los museos y galerías mas prestigiosos del mundo, como la Tate Modern de Londres y se ha llegado a pagar hasta 124.000 euros por lata.
Pero como no toda la mierda que brilla es oro, nos hemos enterado de que el contenido de dichos envases no es mierda, sino yeso, asi lo afirmo al diario milanes Corriere della Sera, Agostino Bonalumi, compañero de lucha de Manzoni y testigo de primera mano de las travesuras creativas de su amigo y artista.
Quizá ustedes conocían la famosa historia de Manzoni, el asunto es otro. No cambia para nada lo que sucede con el arte hoy en día, hace tanta falta ver buen arte en Miami, el concepto de lo que es arte, es muy pobre en esta ciudad, parece increíble que una metrópolis como esta, punto estratégico del comercio mundial, lugar obligado de paso para todas las personalidades del planeta, no tenga acceso a creaciones que realmente representen el buen arte que se muestra en otras capitales. En esta parte del mundo estamos contaminados por el estigma de la connotación LIGHT con la que se percibe la ciudad, con la idea de que acá solo somos jolgorio, bikinis, regetón y bronceador, y que solo se vende lo que combina con el color de las cortinas y el sofá. Sin embargo, si hay gente que quiere ver buen arte y quizá no lo entiende, pero quiere aprender a hacerlo, entonces tenemos que enseñarles y contamos con espacios maravillosos para que los citadinos lo conozcan y aprendan a disfrutarlo. Nada mas fíjense, el Carnival Center, semejante vitrina para las artes escénicas, a menos de un año de su inauguración, ya produce pérdidas, como muchos otros espacios desperdiciados en la ciudad. Así que mi nota de hoy es para hacerle un llamado a los galeristas, a los curadores de los museos, a los directores de centros culturales, a la empresa privada y al gobierno, que patrocinan los espectáculos en la ciudad. Nos falta cultura amigos, nos falta pedagogía y voluntad política para que esto no suceda más y para que el yeso, no nos lo sigan ofreciendo en la programación cultural de la ciudad a precio de "Merde d' Artista".
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