Monday, July 14, 2008

EL ULTIMO ESCOLTA ANTES DEL INFIERNO

En el cementerio de Monte Sacro de Medellín, a la diestra de Dios Padre o sea justo contra la pared derecha de la iglesia del mismo, se encuentra la tumba de Pablo Escobar.

Una tumba comunitaria como no habia visto antes ninguna, al mejor estilo de los faraones y reyes prehispánicos enterrados con toda su familia está Pablo, su hermano Luis Fernando, Juan Manuel su tío, Teresa la nana que lo crió, su escolta Agudelo alias “El limón” quien murió con él aquella tarde del 2 de Diciembre del 1993, y su madre Doña Herminda. Un pabellón amplio, sobrio con los años, cubierto de una hierba exótica y perfecta de un verde eterno.

De alguna parte sale a mi encuentro Carlos Vanegas, cuidador “oficial” y me dice: “Lo conocí en Envigado, repartiendo mercados para la gente pobre, las filas eran tremendas y la plaza se llenaba hasta el tope. Aquí se encuentra él acompañado de sus más cercanos. El día que murió este cementerio era una sola romería de gente, llegaron mariachis con serenatas, rompieron las ventanas de la iglesia y casi acaban con todo, traian flores y lloraban como si se les hubiera muerto su padre. Mucha gente lo quería porque a pesar de todo, fue generoso con los pobres, muchos le deben sus casas y sus trabajos. Vinieron camarógrafos de todo el mundo y casi linchan a uno que en un momento quiso hacer un discurso en su contra.


A Pablo no lo mató el ejercito, en la exhumación de sus restos unos años después, al tomar unas muestras de ADN para una demanda de paternidad que hizo una mujer y que terminó siendo puro cuento, se comprobó que no tenía tiros en ninguna parte del cuerpo, solo uno en el oído porque el mismo acabó con su vida. Siempre dijo que prefería una tumba en Colombia que una cárcel en Estados Unidos.

Al principio, las agencias de turismo armaron toures con el recorrido por varios lugares, el barrio "Pablo Escobar" que él construyó donde las mismas hermanas recibían a la gente y les contaban historias, Guatapé la Hacienda que tenía cerca, el lugar donde lo mataron y hasta a veces viajes a Nápoles, la finca enorme que tenía por la Dorada.

Han venido de todo el mundo, de Arabia, Europa, gringos, todos toman fotos y preguntan cosas, otros le traen serenata y se toman sus guaros arrodillados para contarle cosas, llenan la tumba de pétalos o traen ramos de flores. Mire estas palmas que están cerca, todas marcadas a punta de cuchillo con los nombres de los que vienen a verlo, ya no cabe uno más.

Yo cuido la tumba, cuando viene la gente les cuento lo que pasó y su hermano me dejó este cuaderno para quien quiera firmar la visita y deje mensajes. Es nuevo, porque el anterior ya se llenó y lo cambiaron. Otros vienen a llorarlo, a contarle sus penas y a rezar por la salvación de su alma, a pedirle milagros. Cada mes viene la familia y me deja una liguita para comprarme un refresco y los visitantes también me dan lo que pueden, la limpio con un balde que tengo escondido ahí atrás, y nunca me llevo nada de lo que le dejan, solo las monedas que le tiran porque yo soy un tipo muy serio. Ya van a ser quince años, yo llevo catorce cuidándola pero mire, ahí puede ver los ramos es como si se hubiera pasado ayer, el tiempo es una cosa jodida, muy jodida si señora y hay muertos que nunca acaban de morirse".

6 comments:

Anonymous said...

Mientras leía esta crónica, se me ocurría que, en las tierras de Macondo, la realidad es más prodigiosa que la ficción.

La vida de Pablo Escobar es el espejo perenne de las sociedades con doble moral. En este sentido, Colombia sólo es la punta del iceberg.

Me gustó esta crónica.

Saludos, Marta.

Anonymous said...

Qué bien escrito!

Los muertos, hasta en la penumbra de su sueño, siguen contando historias.

Algunas de esas historias son pesadillas y otras son sueños imposibles de cumplir, al menos en este lado de la realidad que nos ha tocado vivir.

Un abrazo

Anonymous said...

Porque nos tenias abandonados? Todos los dias estan oscuros sin ti mujer.
No hay chance de llevarte a un bosque y amarrarte a un árbol para que me cantes tus palabras para siempre?

Anonymous said...

No se acaba uno de sorprender con la dulaidad de las cosas, un hombre bueno y malo, asesino y redentor de pobres, los extramuros, extrapolos de la contradicción.
Bien por tu escrito, es un barco que no se voltea para ningún lado.
Atte,
Mario M.

Martha Cisneros said...

Hola Me gusto mucho tu blog. Llegué a el buscando algo de Wei HUI y vi que publicaste algo sobre ella en agosto del año pasado. Me dispongo a leerlo. Espero que me visites y estemos en contacto. Saludos

Martha Cisneros said...

Marta!! Si he leído a Eve Gil de echo la tengo en mis links de favoritos en el blog!! Me da gusto saber que leemos blogs en común espero que sigamos en contacto saludos!!