Wednesday, March 12, 2008

DULCES AMAZONAS

Todos los hombres éramos mujeres, pero, a las ocho semanas, se nos descompusieron las cosas. Poco después de la fecundación, tenemos lados izquierdo y derecho; más tarde nos donamos los órganos: corazón, hígado, cerebro... Una insistente tradición (también llamada ‘genética’) nos dota primeramente, a todos , de un cerebro de mujer, aunque los órganos sexuales ya se hayan diferenciado en el feto.
Si hubiésemos nacido bien a las ocho semanas, hombres y mujeres nos mataríamos menos, nos ayudaríamos más y no cruzaríamos el semáforo en rojo; seríamos más respetuosos; o sea, más femeninos.
Si entonces no le cae una tormenta de testosterona, al cerebro se le reforzarán las conexiones que favorecerán el habla, la comprensión mutua, el rechazo al conflicto, la compasión y la ultrasensibilidad ante las emociones ajenas.
(Claro es, por un enredo de hormonas o por una educación férrea, habrá alguna mujer de Malvinas tomar, alguna dama de yerro; pero, en general, la madre Naturaleza nos raciona las excepciones.)
En cambio, en los fetos masculinos, durante la octava semana, el elefante de la testosterona entra en la cristalería de las conexiones cerebrales femeninas; destruye muchas, pero crea otras, que definirán el carácter masculino, lanzado a la competencia, la agresión y el dominio, y al casi analfabetismo para leer las emociones en los rostros.
Louann Brizendine, médica estadounidense, afirma: “No existe un cerebro unisex. La niña nació con un cerebro femenino” ( El cerebro femenino , p. 34). Esta radical diferencia hizo que el vir y la mulier sapientes se complementen y sobrevivan en las selvas y las ciudades (otras selvas). Las diferencias salvaron a nuestra especie, mas habría que reeducar ahora a los hombre en la compasión femenina.
El matritense Carlos Alonso del Real escribió un libro curioso: Realidad y leyenda de las amazonas . Él asegura que estas señoras no existieron; más aún, que su mito difama a las ginecocracias: “Las poblaciones matrilineales son más bien pacíficas” (p. 48). En el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), extrañemos la paz del mundo que nos perdimos a las ocho semanas.
POR: Víctor Hurtado Oviedo, Editor del diario La Nación (Costa Rica)
Nota publicada en ese diario con motivo del dìa Internacional de la Mujer, y puesta en este blog con autorizaciòn del autor

6 comments:

Anonymous said...

Marta: Absolutamente de acuerdo con el autor del artìculo que tuviste la gentileza de replicar. Sin embargo vale resaltar que muchos de nosotros los hombres tenemos lo nuestro que constituye un complemento a la enorme maravilla que son las mujeres. A propòsito y aun cuando un poco tarde (lease 365 dias y un cuarto) Feliz dìa para tì en representaciòn de lo màs bello que puso Dios sobre la tierra, La Mujer, quien no la opaca ni la màs bella flor. La flor solo alcanza para halagar a cuan mujer pise la faz de la tierra.
Saludos
Carlos

Anonymous said...

Los hombres no seriamos nada sin las mujeres , ante quien hay que arrodillarse y dar las gracias por haberlas creado ?

Anonymous said...

Gracias, Marta. Me gustó el análisis de Hurtado, aunque no creas, tiene una dosis de su cerebro que siempre minimiza. Por qué nos supone tan pacíficas? Ja!
Un beso,
Mariú

Anonymous said...

Hice algo más que leerlo. Se lo envíe a todas mis amigas tamizado con una sana envidia.

¡Maldita testosterona! En ocasiones es como ser la marioneta de una sustancia química.

Anonymous said...

Hola Marta, soy Silvia, la poeta amiga de Lauren Mendinueta. Veo que has dejado un comentario muy halagador a mis poemas y vine a visitar tu blog para conocerte mejor. Lo he encontrado muy interesante y me siento muy orgullosa de que algo de lo que escribo te haya gustado.
Un abrazo desde Italia

Silvia Favaretto

Anonymous said...

un placer llegar a tu blog, lo veo muy interesante, confieso que volveré.

besos desde Madrid.